Por Ricardo E. Brizuela – ricardobrizuela@yahoo.es
Cuando se dice que el aleteo de una mariposa al otro lado del mundo tiene, en definitiva, influencia en sucesos a miles de kilómetros de distancia, lo que se está haciendo es un encadenamiento de causa y efecto.
Este ejemplo, casi poético, tiene mucho que ver con los principios físicos que rigen la vida de la naturaleza, el ecosistema, etc.
Pero en otro orden, los resultados son los mismos.
Veamos dos ejemplos muy claros: mientras la capa de ozono disminuye en el sur del planeta, los casos de melanomas malignos se incrementan en el mundo.
En economía, la aparición de la neumonía asiática en China amenazó con descalabrar el comercio. Solo una acción rápida y eficaz de este país pudo frenar las consecuencias, pero en definitiva los primeros síntomas alteraron grandemente el mundo de los negocios internacionales.
Situándonos en el plano político, hemos asistido hace muy pocos días a un cambio de gobierno en Bolivia por efecto de la presión popular.
Esto ocurrió el 17 de octubre último. Por esas cosas del destino – o del efecto mariposa tal vez – esa misma fecha pero del año 1945, otro movimiento popular instaló en el poder a Juan Domingo Perón en Argentina.
En ambos casos la reacción norteamericana fue de rechazo y de fuerte presión por acotar el fenómeno. Sin embargo, desde entonces - pese a los vaivenes de la política - el partido creado por el líder argentino nunca dejó de tener influencia en el destino de este país, con sus distintas variantes desde la izquierda a la ultra derecha. Actualmente Nestor Kirchner responde al ala de la zurda del peronismo.
En Bolivia, también un movimiento que mezcla nacionalismo, marginación e ideales de izquierda, tiene una característica parecida. Y también allí los Estados Unidos vieron sus tejos desparramados.
El gas de Bolivia aceleró un proceso recurrente en la historia latinoamericana, hoy con el agregado de otros ingredientes.
Inacio Lula Da Silva apostó fuerte. Rápido se movilizó, con el apoyo de Argentina, para ofrecer al nuevo gobierno un paliativo para suplantar en parte la ayuda norteamericana, ampliando la compra del fluido a través del gasoducto que une Brasil con Bolivia.
Es una jugada que se compadece con su visita a Cuba, sus reuniones con Néstor Kirchner y la decisión de éste de condonarle el 75 % de la suma que el gobierno de Fidel Castro le debe a Argentina desde los años ´70.
Indudablemente se perfila con mucha fuerza un polo de oposición a la hegemonía en el ALCA, aunque mas no sea para conseguir el ordenamiento de una discusión mas equitativa.
En este orden, cabe pensar qué puede pasar si Brasil pone al alcance de Bolivia no solo el mercado, sino también el gasoducto y sus puertos, para una salida de este país al Atlántico.
Por último, un par de datos históricos para continuar con el efecto mariposa con que iniciamos esta nota: el 25 de mayo de 1809 tuvo lugar precisamente en Bolivia - en Chuquisaca actual Sucre, capital constitucional del país - la primer revolución de la clase criolla contra el poder español. Fracasó, es cierto, pero sembró la semilla del 25 de mayo de 1810 en Buenos Aires, punto inicial del exitoso movimiento libertario del Cono Sur, emprendido por las Provincias Unidas del Río de la Plata (Argentina) y Chile.
Un poco mas cerca, en 1970, Bolivia fue la primera experiencia golpista militar – de los últimos años - que culminó con las réplicas trágicas de Chile en 1973 y Argentina en 1976, además de Uruguay y Brasil.
Vivimos un mundo alterado. Parafraseando al exquisito poeta peruano Cesar Vallejos, intentemos un ruego: "Señor, aparta de nosotros este cáliz".
Santiago de Chile, octubre de 2003
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