Por Ricardo E. Brizuela – ricardobrizuela@yahoo.es
Desde la antigüedad los idus de marzo suelen venir cargados de acontecimientos infaustos.
El 24 de marzo de 1976 no fue la excepción. Ese día, un golpe militar encabezado por los comandantes en jefe de las tres armas, voltearon al gobierno constitucional de Isabel Martinez de Perón en Argentina.
Este país, conspicuo vecino del barrio que se asienta en el subcontinente americano, ya había sufrido varias veces en su historia un traspié de estas características. Al fin y al cabo, la región tiene una larga historia que jalonan experiencias mesiánicas, y sus habitantes saben que cuando en las academias militares a los cadetes se les enseñan a usar los cubiertos en la mesa y distinguen las copas para distintas bebidas, muchos de ellos se prometen acceder a otros destinos a como hubiera lugar.
Sin embargo, ese día modificó no solo la historia argentina, sino también el devenir de los países en desarrollo.
Argentina entraba así en el brete que los Estados Unidos había dispuesto para las naciones cuyas ideologías pudieran comprometer la expansión de sus sistema neo liberal. Tres años antes le había tocado el turno al gobierno de Salvador Allende en Chile sumándose a hechos golpistas en todo el área, siendo acompañados estos países por una lista que integraron Bolivia, Uruguay y Brasil.
De todas maneras lo de Argentina fue ejemplo: treinta mil desaparecidos y una sucesión político-económica a cargo de personeros destacados constituye la resultante de esta experiencia.
Argentina, hoy por muchos años fuera de carrera y con sus ricos activos a merced de cualquier aventura, puede exhibirse como el botín mas preciado de la voracidad del capitalismo.
En un trabajo que lleva por título Pasajeros de la Historia relatamos en detalle los acontecimientos de aquel 24 de marzo de 1976, poniendo a la luz pública no solo la represión, sino la pasividad y obsecuencia de líderes políticos que posteriormente gobernaron el país. Esta es la historia de la detención de mas de cuarenta personajes - entre los que se incluye a Carlos Saúl Menem - que estuvieron varios meses detenidos gozando de sobrados privilegios, mientras las desapariciones, los allanamientos y la muerte se entronizaban en todos los estratos sociales.
Como muestra vaya una perla: el ex presidente Carlos Menem fue llevado a la ciudad de Mar del Plata por personal de la marina, teniendo dicho localidad como cárcel. Corría el año 1981 y en dichas circunstancias no le alcanzaba el dinero para atender la salud de su hija Zulemita en una operación de amigdalitis. Desde entonces nunca ejerció trabajo alguno, excepto cargos públicos.
Hoy, el ex presidente es dueño de una de las fortuna mayores de la región. Indudablemente un hombre de suerte y fino olfato. Muchos actuaron como él, utilizando su trayectoria política como escala, sin moral y sin prejuicios. Esta es una de las explicaciones del drama que viven ahora en las calles de cualquier ciudad argentina millones de habitantes, en un país quebrado.
El drama argentino de hoy estaba anunciado en los idus de marzo de 1976.
Santiago de Chile, Febrero de 2004
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