Antes de nada definamos el término nacionalismo. La Real Academia castellana nos dice lo siguiente:
1.
Apego de los naturales de una nación a ella y a cuanto le pertenece.
2.
Doctrina que exalta en todos los órdenes la personalidad nacional completa, o lo que reputan como tal sus partidarios.
3.
Aspiración o tendencia de un pueblo o raza a constituirse en estado autónomo.
En los tiempos que ahora corren parece ser que tiene connotaciones negativas este vocablo. En el imperio castellano hay quienes lo consideran sinónimo de terrorista, o de bicho raro. Se aprovechan de situaciones como la del País Vasco, y se intenta inculcar a su gente esta idea negativa para llevarlos a su molino, para que sean, en definitiva, antivascos; o lo que es lo mismo, a traicionar sus raíces. Por lo menos es lo que uno intuye según las opiniones de los políticos y otros interesados en que así sea, pero ¡diantre!, eso no es así. Ser nacionalista no conlleva "matar". ¡Ni mucho menos! Sólo denota que uno ama la tierra que lo vio nacer, lo cual es perfectamente lícito y natural. ¡Nada más! Nos están dando gato por liebre.
Por otro lado, todo el mundo tiene derecho a que se le respete su cultura, su lengua, y considero abominable que se atente contra los derechos de pueblos minoritarios. Con "pueblos minoritarios", me refiero a aquellos que están dominados por otro pueblo, como, por ejemplo, el pueblo catalán.
Respetar implica que no se nos prive de nuestro derecho a estudiar nuestra cultura, en nuestra lengua, de nuestro derecho a que se nos diga la verdad y no se nos intente confundir. Por ejemplo, el País Valenciano es Catalunya, el Rosellón es Catalunya y las Islas Baleares es Catalunya. Bueno, y los medios de comunicación, los libros de texto..., no dicen eso: no quieren que los catalanes nos unamos; quieren que permanezcamos separados, por eso de "divide y vencerás", o "confunde y vencerás". Bueno, y la televisión valenciana da ganas de llorar de la impotencia que causa ver la gran mayoría de su programación en castellano y la política castellanista y anticatalanista que llevan. Es aberrante que alguien reniegue de su identidad y traicione a los suyos.
Algunos ya habrán puesto el grito en el cielo por esto que acabo de aludir, pero "¡señores!", "¡señoras!", que los castellanos son más nacionalistas que los catalanes. ¡Ojalá el pueblo catalán fuera tan nacionalista como el castellano!
Algunos de nosotros ya han perdido la identidad, en cierta manera, y no se identifican con lo que nos han infundido hasta la saciedad de la madre patria (esto es, Castilla), por lo que andamos confundidos. ¡Eh! Y, bueno, eso de la madre patria no nos termina de convencer, pero somos cómodos o estamos ciegos para ver que, si no se pone remedio, nuestra cultura se extingue, aunque parezca lo contrario. Las cosas están así de crudas.
Fue maravilloso aprender la cultura castellana (puesto que sumergirse en cualquier cultura siempre es enriquecedor y fascinador por todo lo que nos aporta), pero fue denigrante que no se me ofreciera la opción de haber escogido por mí mismo en qué idioma quería cursar mis estudios y qué cultura deseaba aprender. Se me privo del derecho de libertad de elección que tiene todo ser humano para encaminar su vida, su futuro. ¡Recórcholis! ¡No es moco de pavo!
Volvamos a lo que he mencionado antes de "confundir". En las comarcas catalanas de Valencia, la inmensa mayoría afirma que el valenciano no es catalán (por todo lo que se les ha metido en la cabeza), pero eso es como decir que el andaluz no es castellano.
Entre los muchos comentarios que he escuchado de castellanos está el de que Cataluña no tiene futuro sin Castilla, pero estoy convencido de que es más bien al revés, dado que a los castellanos se les vería el plumero sin los catalanes, sin los vascos y sin los gallegos. Además, seríamos un estado dentro de Europa, como lo es Alemania o Italia..., y nuestra cultura estaría asegurada y a salvo.
No pretendo convencer a nadie con este artículo de opinión; solamente, expresar mi punto de vista, que puede ser tan válido como cualquier otro.
Ahora nos han creado la academia de la lengua valenciana, o tal vez se deba hablar de la academia para cargarse la lengua catalana empezando por la variante valenciana. Sinceramente, le temo a esta academia innecesaria por todo el daño que le puede hacer a nuestra cultura. Bueno, el caballo de batalla ha sido exterminar la lengua catalana, por eso de "muerto el perro se acabó la rabia". Si perdemos nuestro idioma, habremos perdido nuestra identidad y habremos sido conquistados.
Verdaderamente cuando una cultura o una lengua pasa al olvido, la humanidad se queda sin uno de sus tesoros. Una lengua es la forma en que un pueblo ve el mundo, percibe la realidad. Lo que hace un idioma es reflectar esa realidad y adaptarse a las necesidades de sus hablantes.
Con todo, confío en que las generaciones venideras consigan aunar esfuerzos, unificar toda Cataluña y la independencia en paz y sin derramar ni una gota de sangre. Espero que llegado el momento los opresores nos den el derecho de elegir nuestro camino y respeten la voluntad de nuestro pueblo, ya que no son quiénes para decirnos lo que es mejor para nosotros y lo que debemos hacer. Nadie debe pensar por nosotros.
Abogo por el respeto mutuo y la tolerancia. Abogo por que cada cual tenga derecho a organizar su vida a su manera. Los pueblos deben encaminar su destino y nunca deben ser oprimidos.
El tercer punto de la definición de "nacionalismo" del diccionario de la Real Academia castellana debería decir: "Derecho de un pueblo o raza a constituirse como estado autónomo" en vez de "aspiración o tendencia". Además, añadiría: "Y a ser libre".
Miquel Molina i Diez
miquel@polseguera.com
Polseguera.com
Octubre del 2001
Otros artículos de Miquel Molina i Diez
|