La primera potencia mundial puede que esté preparada para
una guerra de las Galaxias, pero ha quedado demostrado que
no lo está contra el terrorismo.
El 11 de Septiembre de 2001 pasará a la historia como uno de
los días más espeluznantes e impactantes de Estados Unidos.
Es increíble que desde el interior y con la máxima seguridad
existente en este país en lo que a aeropuertos se refiere,
puedan ser secuestrados al menos 4 aviones Boeing y se
produzca un ataque a puntos estratégicos tales como las
Torres Gemelas del World Trade Center en Nueva York (corazón
económico) y al mítico Pentágono en Washington (corazón
militar).
Dos imágenes para el recuerdo, dos imágenes de edificios
donde han perdido la vida miles de civiles inocentes, y una
imagen para el olvido.
Dos aviones impactaron en estos. El primero, al principio,
se creía que era un accidente. Un tercero cayó en el
Pentágono, y el cuarto previsiblemente atacaba el Capitolio,
la Casa Blanca o el AIR FORCE ONE -avión particular del
Presidente Bush (corazón ejecutivo). También cabe la
posibilidad de un objetivo militar al haberse estrellado al
sur de Pittsburgh (Pensilvania).
O sea, un ataque por sorpresa al país que gasta más de mil
millones de dólares cada día en sistemas defensivos, cuenta
con mas de 700 barcos, miles de aviones y dispone de un
millón y medio de soldados en activo.
Un gigante preparado para una acción violenta contra
enemigos tales como Irak, Afganistán o Yugoslavia (por poner
un ejemplo) pero impotente contra un acto terrorista de tal
magnitud.
Todavía existen interrogantes que exigen respuesta. Los
terroristas estaban bien organizados, respaldados por un
gobierno u organización económicamente fuerte, con unos
servicios secretos de alto nivel, y por descontado, eran
suicidas preparados con mucho tiempo de antelación. Incluso
se habla de que dichos terroristas suicidas fueron
entrenados en los mismos EE.UU. para el pilotaje de los
aviones.
El pasado día 25 de Junio, Ossama Bin Laden -líder radical
islámico- avisó de un posible ataque sin precedentes contra
intereses de Estados Unidos por su apoyo a Israel en el
conflicto de Oriente Medio.
Nadie hasta ahora ha reivindicado el acto terrorista.
Todavía no se sabe con exactitud el número de víctimas
mortales. Se desconoce la repuesta militar que tendrá EE.UU.
durante los próximos días.
El FBI. no para de hacer detenciones, y todo apunta a un
mismo responsable.El mundo entero está desconcertado,
alertado y lleno de pánico. Las bolsas mundiales se han
desplomado, el precio del barril de petróleo ha
experimentado la mayor alza de este año.
Un "Pearl Harbor -segunda parte-" al que le falta poner el
final adecuado.
¿Será un final acertado?
Jep Asoba
12.09.2001
Webxafardera
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