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Artículos o escritos interesantes: Algunas consideraciones acerca de la habilidad escuchar en la enseñanza de lenguas

UNIVERSIDAD CENTRAL "MARTA ABREU" DE LAS VILLAS
FACULTAD HUMANIDADES
DEPARTAMENTO LENGUAS EXTRANJERAS
ALGUNAS CONSIDERACIONES ACERCA DE LA HABILIDAD
ESCUCHAR EN LA ENSEÑANZA DE LENGUAS.
M Sc. DARLÉN MÉNDEZ LLORET

La amplia y rica literatura que se ocupa de la enseñanza de la lengua convierte en ridícula cualquier pretensión porque proyecta directrices muy concretas en relación a la intervención pedagógica en este ámbito. En un sentido, parece imprescindible, si se quiere modificar la enseñanza de la lengua, reflexionar sobre lo que esta supone y formarse en aquellos aspectos en que sea necesario.

Se ha dicho ya tantas veces que la clase debe convertirse en un escenario comunicativo y esta frase corre el riesgo de ser trivial, cuando en realidad encierra la clave de lo que debería constituir la enseñanza de la lengua en la universidad. Encontrar razones y encontrar ayudas adecuadas es lo que necesita el aprendiz para ser un usuario competente.

Para encontrar ayudas, también hay que ofrecerlas. La tarea del profesorado es, en este caso insustituible. En buena medida, dicha ayuda se desprenderá de una representación más ajustada de lo que suponen las habilidades lingüísticas: negociación de los objetivos que las guían, planificación, tiempo, necesidad de volver sobre lo hecho y de modificarlo, aceptación de formas quizá menos convencionales de lo que se suele esperar. Todo ello puede conducir a variar aspectos organizativos relacionados con el espacio y el tiempo; trabajar en tareas más globales requiere, a veces, proponer actividades compartidas y, casi siempre, un período temporal más amplio que el que concede una clase de lengua. Puede y debe conducir también a plantearse la posibilidad de utilizar tareas propias de otras áreas para contemplar determinados usos muy funcionales de las habilidades lingüísticas:

٠ ayudar a los estudiantes en su apropiación de las diversas habilidades lingüísticas requiere adoptar formas de intervención en el aula coherentes con ese propósito, aunque no existen recetas, algunos parámetros pueden contribuir a ajustar esa intervención

٠ las habilidades lingüísticas son objeto de comprobación o de evaluación, cuando se le pide a un estudiante que realice una exposición a sus compañeros sobre determinado tema; cuando tiene que elaborar un resumen o una redacción, cuando se le dice que lea, en realidad se le está pidiendo que haga algo que, muchas veces, no se le ha enseñado previamente.

En este sentido, parece bastante claro que el profesorado tiene un papel importante que desempeñar. Ofrecer modelos de cómo él resuelve el problema que se plantea a los estudiantes y, especialmente, implicarse con ellos de forma que pueda ir ofreciendo las ayudas que van a necesitar, constituyen los puntos centrales de su actuación. Todos los docentes saben que, con frecuencia, el estudiantado necesita tiempo para entender qué se les pide que hagan; acordar objetivos para las actividades de lectura, de escritura o de lenguaje oral no se identifica con decirlos, se trata más bien de una negociación a través de la cual los estudiantes pueden irse representando tanto el producto final que se espera como su propia actuación. Lo mismo cabe decir de las actividades que requiere poner en marcha, si no se les explica, se les muestra y se les ayuda, los estudiantes van a tener dificultades para representarse la audiencia de un texto oral o escrito; pueden encontrar criterios para decir lo que es fundamental de un texto que no coincidan con los del autor ni con los del docente; pueden, en fin, perderse en un universo en el que no tienen guía que les vaya señalando el camino adecuado.

Lo que caracteriza a una persona competente en el uso de las habilidades lingüísticas recae en la posibilidad que esta persona tiene de adaptar dichas habilidades a diversos propósitos y circunstancias. Esto aboga por diversificar en la enseñanza superior las experiencias educativas que se propone a los estudiantes con la finalidad de ampliar su competencia comunicativa en todos los ámbitos. A veces, en el aula, se habla, fundamentalmente, para responder preguntas, y se escucha para tener preparada la respuesta; se escribe para decir cosas sobre lo que se hizo en el fin de semana, se lee en voz alta un texto que todos tienen ante los ojos para que alguien que ya sabe las respuestas formule cuestiones bastante aburridas sobre lo que se leyó.

Las habilidades pueden ser aprendidas o no. La supervivencia de muchas especies está garantizada debido a que algunas habilidades son el resultado de un proceso de maduración. En el ser humano cierto número de habilidades motoras son fruto de dicho proceso, pero la capacidad de adaptación a los cambios del medio va siempre unida a la de desarrollar habilidades a través del aprendizaje. Las habilidades se suelen clasificar en perceptuales, perceptivo-motoras y mentales, la escucha entra dentro de las perceptivo-motoras; sus características esenciales son la eficacia y la flexibilidad. Una habilidad es eficaz cuando se ejecuta con exactitud, rapidez y economía; su flexibilidad permite dar una respuesta eficaz ante nuevas situaciones.

Si se define el concepto de habilidad se hablaría de la capacidad para realizar ciertas tareas o resolver algún tipo de problema. El estudio de las habilidades, de su desarrollo, tipos y mecanismos subyacentes interesa especialmente a la psicología del desarrollo y de la educación.

El término de habilidad comunicativa se refiere a los niveles de competencias y destrezas que adquieren los individuos por la sistematización de determinadas acciones a través de la experiencia y la educación que obtienen en el transcurso de sus vidas que les permiten el desempeño y la regulación de la actividad comunicativa. Existen acciones que propician la activación y la dialogicidad del que escucha, estas se dirigen en ocho direcciones:

1. Adiestramiento en percepciones globales.

2. Adiestramiento en procesos de inferencias y anticipación.

3. Empleo de recursos que favorezcan la retención.

4. Adiestramiento en el accionar de la función fática del lenguaje.

5. Énfasis en el fortalecimiento del componente estratégico de la competencia comunicativa.

6. Variación de las estrategias didácticas para desarrollar la habilidad de escuchar, en consonancia con el tipo de comunicación oral y el nivel instruccional de los alumnos.

7. Atención más al proceso que al resultado, al abordar la habilidad de escuchar.

8. Carácter distribucional, equilibrado e interdisciplinario de las actividades encaminadas a desarrollar la habilidad de escuchar.

Para muchos los términos escuchar y oír significan lo mismo; sin embargo, actualmente el proceso docente educativo realza su valor y es un objetivo esencial el desarrollo de la competencia comunicativa de los estudiantes, oír se refiere a la recepción física de las ondas sonoras a través del oído; escuchar, en cambio, incluye además de oír, la capacidad de recibir y responder al estímulo físico y de utilizar la información captada a través del canal auditivo.

Estudios realizados han constatado que de las habilidades comunicativas, la que más se practica es la de escuchar, pero contradictoriamente en la universidad no se desarrolla adecuadamente en las clases de lengua. La habilidad de saber escuchar es un indicador de gran valor en el comportamiento de un buen comunicador. En este esquema se evidencia la relación que se establece entre la escucha y otras habilidades del proceso comunicativo:

Lenguaje oral

Habilidades receptivas

Audición
Lectura
Expresión oral
Escritura

Habilidades productivas

Lenguaje escrito



La escucha se considera la habilidad más descuidada del proceso comunicativo, sin embargo, es la que determina los cambios cualitativos que se producen en este proceso. Escuchar es observar atentamente con el oído, la vista, el tacto y el olfato que el hablante produce, para ello es muy importante observar el texto oral porque si no la respuesta será emitida con dificultad sin ajuste a la intención comunicativa del proceso correspondiente.

Dentro del desarrollo de la escucha se incluye la memoria como factor fundamental en el aprendizaje, ella realiza las funciones psicológicas más complejas y difíciles y no se puede negar la importancia y la utilidad que tiene en la vida diaria, ya que ella cumple funciones elementales como recordar nuevas ideas, imágenes, sonidos, olores, etc., es el banco donde guardamos nuestros recuerdos en forma de señales.

El proceso de audición se encuentra dentro de la memoria sensorial, este proceso es el más importante entre los sensoriales en los primeros años de nuestra vida ya que le debemos el aprendizaje de nuestra lengua materna. Permite memorizar canciones y reconoce personas a través de pasos o algunos ruidos. La memoria a corto plazo es aquella en la que se retiene la información recopilada después de pasado poco tiempo; la memoria a largo plazo es aquella en la que la información se retiene y al pasar mucho tiempo se logra recordar.

Por tanto, escuchar es comprender un mensaje oral, para hacerlo se pone en marcha un proceso cognitivo de construcción de significados y de interpretación de las palabras, gestos, etc., el que escucha no tiene un papel pasivo y silencioso sino que suele ser muy activo, se debe entender al que habla para comprender el mensaje de una forma u otra, se escucha con un objetivo determinado: obtener información, recibir una respuesta, entender algo, raramente se escucha algo sin intención.

Se sugieren los siguientes pasos para desarrollar la escucha en la clase: 



1. Introducir el tema que se escuchará y presentar la situación. Puede relacionarse con los intereses personales de los estudiantes para motivarlos. Este punto es muy importante porque permite la anticipación.

2. Presentar de forma concreta y clara la tarea que debe realizar el estudiante. Por ejemplo: entender una idea, contar las veces que se repite una palabra, inferir información sobre el hablante, etc. Especificar cómo debe darse la respuesta: escribiendo, hablando, etc.

3. Escuchar el discurso oral: hacerlo frente a ellos, leer en voz alta, poner una grabación.

4. Pedir que realicen el ejercicio.

5. Pedir que comparen sus respuestas por parejas o pequeños grupos.

6. Escuchar nuevamente el texto oral.

7. Comparar nuevamente las respuestas por parejas, en pequeños grupos o a nivel del grupo clase.

8. Verificar si las respuestas son correctas volviendo a escuchar el discurso oral y deteniéndose en los puntos importantes.

Sobre el desempeño de los estudiantes para el desarrollo de la escucha se deben tener en cuenta los siguientes elementos: 



· Deben tener una razón para escuchar que sería la tarea del ejercicio.

· Deben formular de forma visible su comprensión: anotando, hablando, dibujando, imitando, etc., por eso es interesante trabajar con soportes visuales.

· Tienen que escuchar más de una vez el texto oral, para que puedan concentrarse en puntos determinados: la pronunciación, el significado de alguna palabra, la entonación, etc.

Algunos ejercicios que se pueden llevar a cabo son: 



· Juegos nemotécnicos. Por ejemplo, el juego de decir y repetir palabras, adivinanzas, memorización de estribillos de cuentos, poemas o canciones.

· Escuchar y dibujar.

· Seguir instrucciones para dibujar o realizar una actividad.

· Completar información a partir de las exposiciones orales.

· Escoger opciones. Por ejemplo, a partir de una descripción oral; elegir, de tres fotografías o dibujos, cual corresponde a la descripción.

· Identificar errores o mentiras previamente avisados.

Es necesario también tener presente que en la comunicación tan importante como lo que se dice es cómo se dice y tomar en cuenta la comunicación no verbal.

Para escuchar adecuadamente hay que poder responder a diversas preguntas: 



¿Qué pretendo escuchar? ¿Por qué?

¿Qué dificultades encuentro para comprender el mensaje?

¿Las puedo ir salvando?

¿Qué es esencial para el objetivo de escuchar?

Todas ellas están supeditadas a una respuesta positiva:

¿Por qué tengo que escuchar? ¿A qué proyecto responde?

¿Me resulta interesante hacerlo? ¿Es atractivo para mí?

¿Me siento con recursos suficientes y con la ayuda necesaria? ¿Podré obtener una experiencia satisfactoria?

Desde luego, no se trata de un formulario que se conteste antes de implicarse en una actividad de lengua; más bien son cuestiones que se van formulando de forma más o menos consciente en el desarrollo de la actividad y que nos conducen a gestionarla, a persistir en ella o a abandonarla, a modificarla para que resulte satisfactoria o, a veces, cuando no se plantean o cuando responden a una exigencia vivida exclusivamente como externa, a realizarla de forma un tanto mecánica.

Se debe tener en cuenta durante el proceso auditivo el tipo de escucha que se realiza y clasificarla de acuerdo con el significado del texto oral que es emitido:

• Escucha fingida: significa en la práctica no escuchar en lo absoluto, fingir lo contrario o sencillamente interrumpir a la persona que habla sin dejarla que concluya.

• Escucha selectiva: en este caso se oyen solo ciertas partes de la conversación, generalmente aquellas que reafirman nuestros propios puntos de vista.

• Escucha atenta o activa: se presta atención y se centra toda nuestra energía en las palabras que se pronuncian pero con la intención de contestar, controlar, contrarrestar y manipular. Cuando el oyente atiende para obtener información y poder participar activamente. Se utiliza con mucha frecuencia en el aula para escuchar órdenes, instrucciones, mensajes.

• Escucha analítica: Cuando el oyente analiza el mensaje para responder o resolver alguna cuestión, si llega a emitir un juicio, entonces es un "escuchar crítico". Esta forma puede manifestarse al escuchar para responder preguntas, para dar la opinión, resumir ideas, etc.

• Escucha empática: se traduce en una escucha indagatoria que da la oportunidad al otro de expresa su criterio de forma completa con el objetivo de comprenderlo y respetarlo. En ella uno escucha con los oídos, aunque más importante con los ojos y con el corazón. Se escuchan los sentimientos, los significados y la conducta; es donde se percibe, intuye y siente.

• Escucha apreciativa: cuando se escucha para disfrutar y deleitarse como goce espiritual o estilístico. Se utiliza al oír la música, una canción o una obra literaria, poemas, fábulas, cuentos.

• Escucha marginal: Cuando no constituye una actividad principal, sino que se escuchan los sonidos que están en otro plano, como los sonidos del ambiente, la música de fondo, se escucha sin proponérselo.

• Existe también otro tipo de escucha aunque no es muy usada, esta consiste en tratar de entender cabalmente lo que nos dicen. Esta modalidad nos ofrece la posibilidad de conocer cuál es la verdad de la otra persona y así poder valorar críticamente nuestros puntos de vista derivando de esta forma conclusiones superiores. Desafortunadamente este tipo de escucha no es espontánea, hay que cultivarla, requiere de un cuidado sistemático.

Debido al limitado desarrollo de la habilidad escuchar existe hoy en la sociedad una incapacidad generalizada en cuanto a saber escuchar que va desde las disfunciones familiares, transita por la escuela y se vierte en la comunidad u organizaciones y grupos de trabajo.

Aunque esta habilidad es aprendida en el hogar, los estudiantes necesitan mucha práctica para desarrollarla en situaciones de comunicación que sean variadas y más complejas. Cuando se planifican actividades para favorecer la habilidad escuchar, “se deben ofrecer los niveles de ayuda previos que garanticen la incorporación de los alumnos al caudal informativo que deben escuchar” 

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La enseñanza media superior ha sido objeto de estudio y transformación en los últimos años y seguirá cambiando notablemente con la mayor calidad y disponibilidad posible del docente. Por ser esas las edades que definen el desarrollo futuro del ser humano se le ha atribuido gran importancia al proceso educacional, es por ello que el proceso de enseñanza aprendizaje tiene ahora un enfoque formativo integral para que cada momento que viva el estudiante dentro y fuera del aula tenga una implicación educativa.

“El desarrollo de la esfera motivacional es esencial en el joven y dependerá en gran medida de la significación que adquieren las relaciones que establece con los demás, de vínculo con situaciones prácticas de la vida, de la relación entre lo afectivo y lo cognitivo, del desarrollo de vivencias y experiencias personales, de su implicación activa en las más variadas actividades (…)” 

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El docente debe explorar los verdaderos intereses del estudiante porque puede presentar desmotivación hacia contenidos como por ejemplo en este caso del desarrollo de la habilidad de escuchar. Deben realizarse actividades donde se vean reflejados, donde estén presentes sus amigos, sus familiares y los docentes que inciden en él, para lograr la emotividad en sus vidas, presentando situaciones donde lleguen a una solución.
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Ruiz Iglesias, Magalys. Didáctica del enfoque comunicativo. Instituto Politécnico Nacional. México. 1999. Pág. 36.

 

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Colectivo de autores. Mención en educación preuniversitaria. Módulo III primera parte. Maestría en Ciencias de la Educación. Editorial Pueblo y Educación. La Habana. Cuba. 2006. Pág. 39.
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Seguidamente se presentan los momentos por los que transita la persona que escucha, los objetivos y actividades que se llevan a cabo, esto sirve de guía al docente para la evolución de la habilidad en las clases:

Momentos de la escucha Objetivos que se persiguen Acciones
Antes de la audición ▪ Interesar ∕ motivar a los estudiantes en el tema.

▪ Descubrir lo que conocen acerca del tema y compartir ese conocimiento.

▪ Activar el vocabulario relacionado con el tema.

▪ Observación de láminas y hablar acerca de ellas.

▪ Lluvia de ideas sobre el tema.

▪ Predicciones a partir de palabras tomadas del texto.

Durante la audición
▪ Desarrollar determinadas habilidades y estrategias.

▪ Selección de elementos en láminas.

▪ Relación de láminas con lo que se escucha.

▪ Nombramiento de elementos

▪ Selección de elementos en una lista.

▪ Seguimiento de una ruta.

Después de la audición
▪ Redondear la actividad.

▪ Integrar la actividad de audición.

▪ Discusión del tema.

▪ Juego de roles sobre el tema.

▪ Focalización de algunos elementos lingüísticos en el texto.

▪ Realización de un escrito sobre el tema o algo relacionado sobre el mismo.




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 Darlen Mendez Lloret (darlenm@uclv.edu.cu)
Enviado el 7 de diciembre del 2009.


Artículos de Darlen Mendez Lloret




Sobre la autora: 


UNIVERSIDAD CENTRAL "MARTA ABREU" DE LAS VILLAS

FACULTAD HUMANIDADES

DEPARTAMENTO DE LENGUAS EXTRANJERAS

CULTURA Y LENGUA EN LA ENSEÑANZA DEL ESPAÑOL A ESTUDIANTES EXTRANJEROS.

AUTORA: M Sc. DARLÉN MÉNDEZ LLORET

SANTA CLARA; VILLA CLARA.

“AÑO DEL 50 ANIVERSARIO DEL TRIUNFO DE LA REVOLUCIÓN”.

CURSO: 2009-2010

DIRECCIÓN POSTAL: CARRETERA A CAMAJUANÍ KM 5 ½ REPARTO LAS ANTILLAS BLOQUE 6 APTO 18-A SANTA CLARA; VILLA CLARA; CUBA. CP 50100

DIRECCIÓN ELECTRÓNICA: darlenm@uclv.edu.cu

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