Siempre se han utilizado como fármacos para muchas enfermedades, pero la incorporación al mundo de la cosmética, gracias a los avances tecnológicos, es muy reciente. Tanto la vitamina A como la C tienen una gran importancia para la belleza de la piel (otro día hablaré de la C).
La vitamina A es liposoluble y se encuentra en los aceites que se extraen del higado de pescado. Y también se encuentra en el caroteno, que debe su nombre al pigmento de la zanahoria. Nuestra reserva de vitamina A se agota muy rápidamente por lo que se deben comer alimentos que la contengan como zanahoria, tomate, lechuga, espinacas, yema de huevo, leche natural y otros.
Se ha observado que esta vitamina activa la regeneración de los tejidos y favorece la cicatrización de las heridas, pero hablando de cosmética lo que más nos interesa es su relación con el tejido conjuntivo. Recordemos: el tejido conjuntivo lo constituyen: las celúlas que elaboran las proteinas (histiocitos), los fibroblastos y fibrocitos, las fibras colágenas, las elásticas y la sustancia fundamental que es un gel coloidal, de gran importancia, puesto que asegura la oxigenación y la nutrición de las células. El papel que juega el tejido conjuntivo en el buen mantenimiento de la piel nos lleva a la conclusión de que el uso regular de los productos que contienen caroteno, vitamina A en forma de palmitatos o productos naturales vitaminados, previenen activamente el envejecimiento local de la piel.
Un curioseo: La conferencia Internacional del 2000 sobre dieta mediterránea celebrada en Londres, alude al hecho de que siendo rica en vegetales, frutas, cereales, y aceite de oliva como principal fuente de grasa, es beneficiosa para la prevención de algunas enfermedades, y yo añado: también para el mantenimiento de nuestra piel, y por tanto la belleza exterior y el bienestar interior. ¿Será por esto que las ibéricas tienen fama de guapas en el mundo entero?
Rocio García Vinuesa
18 de agosto del 2005
Rocio García Vinuesa es profesora de estética desde 1973.