La vida más allá de la muerte
La estrella que mas brilla en el cielo es la que más pronto se apaga. Su luz es inmensa y abraza con su amor celestial a todo aquel que se encuentra en su camino.
Así, algunos niños nacen con un alma consciente de todo lo que hace y con su sabiduría llenan de amor a cada uno de nosotros.
El misterio de la vida eterna se ve reflejado en dos ojos muy especiales que miran mas allá de lo que el ser humano común puede observar.
Ellos son contados con los dedos de una sola mano y vienen a este mundo para servir de guía y enseñar lo que verdaderamente trasciende y tiene importancia.
Cuando los años pasan y el cuerpo se va deteriorando poco a poco, nos damos cuenta que el cuerpo físico es solo un vehículo para hace posible un viaje en el cual nosotros somos el pasajero que debe aprender porque llegado el momento este se desgasta y muere.
Por estas circunstancias es muy difícil encontrar la maldad en los niños ya que ellos llevan en sus mochilas la valiosa carga de la inocencia y la paz en sus corazones.
La sociedad nos va impregnando un sutil veneno que se mete en nuestra sangre y nos hace olvidar el destino de gloria que todos merecemos tener.
La lucha en una batalla despiadada por conseguir fama, dinero y poder sin concebir que todo lo material es de esta tierra y que no sirve al partir cuando se comienza a existir en el plano espiritual.
Los valores que forjan y templan el carácter del hombre están desmerecidos y no son tenidos en cuenta. Las injusticias revelan la lejanía que perdura entre lo que no debe ser y es.
Por momentos las emociones sensibilizan algunas acciones de servicio y caridad, pero la misericordia y el perdón no anidan en la mayoría y en corto lapso la crueldad retorna a asolarnos con la malicia de siempre.
Nada es imposible si creemos en Dios. Cuando percibimos que solo estamos de paso por este lugar y que todos los días vamos a una escuela donde aprendemos el valor de la vida, esta se vuelve apasionante y única para ser sostenida en el tiempo que tengamos que transitar.
El ser no es perfecto pero busca la perfección.
Su alma eterna lo hará posible.