Un peluche en su sueño
La bella e inocente niña celestial
descansa en sus apasionados deseos
cuando el día no le da tregua
llega la noche para hacerla soñar
Su temprana edad no dificulta
la pasión de su tierno corazón
que como una paloma blanca busca
encontrar lo más puro y sagrado
Dentro de su esencia divina
existe la más sublime esperanza
de que cuando su momento llegue
será como una cálida luz en el cielo
Nada podrá temer al crecer
demostrando a todos su evolución
no será un cumulo de promesas
y sus palabras dirán la verdad
Una exuberante flor se abre al mundo
llevando en sus ojos la mejor ilusión
vivir sin rencor al dolor del triste pasado
con un anhelo de entrega y amor universal
Aunque cada día cueste mas pensar
ellos serán lucidos ante la oscuridad
Más allá del engaño y la maldad
sus acciones de nobleza y paz serán
Los niños del futuro vendrán
y la bendición llegaran a traer
a un planeta lleno de angustias
donde la caridad no se hallara
Las semillas ya fueron sembradas
y la tierra pronto podrá cosechar
una diferente estirpe que se erigirá
para constituir una nueva civilización
Dejaremos atrás las pestilentes sombras
para alcanzar la bonanza que llega
y unidos como iguales en una sola nación
seremos un lugar libre para siempre.
PD: Mas allá de cualquier cuestionamiento que se le pueda realizar al autor, hay una verdad que es inexorable y que como tal no se puede cambiar. Los niños son el futuro de una república. El amor, el cuidado y la protección de una sociedad descansa en los más pequeños y en los más viejos. Si nos olvidamos de ellos, seguramente nunca seremos absolutamente nada.