Debemos escapar de la tierra

Debemos escapar de la tierra

El planeta tierra tiene fecha de caducidad y aunque nos cueste en demasía pensarlo para poder asegurar la continuidad de la raza humana debemos escapar hacia otros planetas de algunos sistemas solares que aun no conocemos en profundidad.

El cosmos es inmenso por no decir infinito y adolecemos de la tecnología para iniciar viajes estelares, pero aun así y con tantas limitaciones debemos poner toda nuestra inteligencia para buscar y encontrar la salida al mayor dilema que la humanidad posee en este momento.

Una opción sería el planeta vecino Marte pero allí no tenemos lo necesario para sobrevivir y además por ser ¼ del tamaño de nuestro lugar de origen, no podríamos llevar a toda la especie humana.

Tendríamos que fabricar 100 mil naves con una capacidad de poder llevar a 100 mil personas cada una y solo eso podría ser posible dentro de 200 años terrestres, por lo que sería imposible de lograr. El planeta como va transcurriendo por el cambio climático y la poca voluntad de los países en proteger el mundo está camino a una extinción en masa como ha ocurrido en el pasado y no se puede evitar que suceda en el futuro próximo.

Si los tiempos nos permiten un muy bajo porcentaje podría viajar y escapar de la tierra cuando el fin llegue. Para ese fin se debería unir el mundo y trabajar con ahincó sabiendo que después de muchos  esfuerzos y dedicación solo podrían arribar a esos lejanos lugares de las galaxias, los hijos de los hijos de los hijos, seleccionados entre los más aptos de todas las comunidades.

El gran inconveniente que se presenta en la actualidad es que esas naves nodrizas aun no las tenemos. Allí tendríamos que poseer oxigeno suficiente, alimentos y otros dispositivos imprescindibles para iniciar el viaje.

En el mundo real y conocido hay leyes físicas que no se pueden modificar. Según Einstein hay un límite de velocidad en el Universo que no se puede superar: 300.000 Km/s, la velocidad que se mueve la luz.

La NASA está buscando alternativas como la teoría de la distorsión, que sin romper la teoría de Einstein pueda permitir viajar a velocidades mayores a la de la luz. Se apoya en las propiedades de la expansión y contracción del tejido espacial para alcanzar velocidades superluminicas. De una manera u otra estamos atravesados por una inexorable verdad que es que aun no tenemos la tecnología necesaria para viajes interestelares.

Si iniciamos el viaje deberíamos vivir algunos siglos dentro de la nave con una determinación única en donde tendríamos que controlar nuestro carácter para asegurar no destruirnos a nosotros mismos. Tener un hábitat renovable en el sentido de asegurar la continuidad de la especie regulando las necesidades de todos y ejerciendo un adecuado control de las mismas.

En la escala evolutiva planetaria de Kardashov de 1964 existen tres categorías llamadas: Tipo I, II y III, basadas en la cantidad de energía que una civilización es capaz de utilizar de su entorno. Estos tipos se incrementan de manera exponencial denotando el grado de colonización del espacio.

Una civilización Tipo I ha logrado el dominio de los recursos de su planeta de origen, Tipo II de su sistema planetario, y Tipo III de su galaxia.

La civilización humana tendría actualmente un valor de 0,73 en dicha escala, con lo que podríamos alcanzar el estado Tipo I en unos 100 a 200 años, el Tipo II en unos cuantos miles de años y el Tipo III  entre 100 mil a 1 millón de años.

Conclusión: Creemos que nuestra evolución es importante y en realidad estamos muy atrasados en tecnología ya que los avances científicos se dan muy lentos en comparación con los tiempos que se dan en la galaxia. Aun así debemos tomar conciencia que aunque estemos lejos de poder modificar la estructura terrestre, es necesario empezar a concebir y realizar la transformación.

Cuando el hombre puso un pie en la superficie de nuestro satélite dijo: “Es un pequeño paso para un  hombre, pero un gran salto para la humanidad”.