Doña Decisión ha estado asomada a la ventana…., en su rostro se refleja cierta suspicacia…
Se aparta a un lado, alarga el brazo, toma el mando de la televisión.
El aparato suena, se ilumina, el aparato capta su atención.
Doña Decisión toma asiento sofá, centrada en la pantalla allí acomodada.
Es una imparable sucesión de estímulos. Y salvo que se presione el botón del mando que desactiva el proceso, aquello no se detiene mas ella no lo hace.
El proceso sigue. Doña Decisión no presiona ese botón.
Sus ojos absorben imágenes y sonidos, y se suceden las horas van pasando reloj.
Los párpados ya pesan…, tanto, que se le pasa por alto un insecto nocturno en la parte de afuera de la ventana, pero ella…. ¿qué sabrá ella?
La tarde ha llegado.
La misma tarde de ayer.
Diferente, pero la misma, es la misma tarde.
Doña Decisión mira por la ventana. Y en la acera de enfrente…, de nuevo aquella mujer. La misma que había ayer y antes de ayer, esa extraña mujer que está como inspeccionando los alrededores mira.
Decisión toma el teléfono, se acerca a la ventana a mirar, y va tecleando una numeración…y mira hacia abajo donde la mujer, la desconocida, sí la misma aquella que…
Se suceden las señales de llamada…, el teléfono en espera, al otro lado atención al público.
“Sí, dígame.”
“Hola, buenas tardes.”
“Buenas tardes.”
“¿La empresa de seguridad?”
“¡Sí!” “¿En qué puedo ayudarla?”
“Mire, joven, es que…, bueno verá…, estoy preocupada porque desde hace unos días estoy viendo que aquí en la calle…, enfrente de mi casa… hay una persona que me da mala impresión, y…..bueno, pues… quiero instalar una alarma.”
“Perfecto, en este…”
“¡Joven, espere un momento, por favor, que llaman a la puerta.”
Doña Decisión se acerca a la puerta de su domicilio timbre que suena, en la otra mano el teléfono, el ojo en la mirilla, un monosílabo una pregunta…
Desde afuera una voz masculina anuncia: “Soy de la empresa de seguridad.”
Decisión ya ha abierto la puerta. El técnico ya ha accedido. La señora, algo desconcertada, se retira a un lado del salón, mira al chico…, se acerca el aparato al otro oído: “Oiga..,que… ya ha venido el técnico…”
Desde el otro lado: “Sí, sí, ya lo sabemos…, si quiere, mientras el chico empieza la instalación, la informo de las condiciones.”
Doña Decisión, ha puesto cara de…,
Accede y consiente.