Hubo un tiempo para callar
Donde las voces murieron
En el silencio abisal
De un sueño infinito
La conciencia dejo de fluir
Y el alma recupero la paz
Mas la calma del descanso
Un día tuvo que despertar
Días grises y noches largas
Endulzan un mate lavado
Que después de tanta soledad
Mitigan mi sed de amar
Vivencias pasadas y recientes
Enmarañan mi percepción de hombre
Que confuso de sentimientos
No encuentra el camino.
Que el acero sea mi coraza
Y que la miel, bese mis labios
Que la esperanza sea mi anhelo
Y que la dicha nunca me falte
Aunque poco me quede
Y nada pueda lograr
Es difícil no esperar
Ser inmensamente feliz
La noche me va acariciando
Como esa amiga que siempre esta
Y con ella meciéndome entre sus brazos
Me voy adormeciendo en su lecho de amor.