Donde quedo el amor, que no lo puedo encontrar. Estará dormido en el frio corazón de una doncella, o tal vez, ya murió con el último ocaso para siempre. Las estrellas alumbran un camino incierto y lleno de dudas. Todo es silencio, tristeza y soledad en una noche lúgubre y terriblemente aciaga. Las tinieblas nublan mis más profundos deseos, y solo soy un niño, perdido que vaga en mares de incomprensión perpetua. Donde quedo la risa y la alegría de un beso, o el perfume de tus cabellos en mis manos. Quizás los recuerdos del ayer, perduran en mi memoria, y socaban más un espíritu que ansia tener otra vez, la esperanza de un mañana. Llega el fin del mundo, y con ello el miedo de estar solo ante Dios y no tener el consuelo de apretarme contra tu pecho y decirte te amo! Quizás algún día, cuando la luz de mi vida se apague para siempre, y viaje en ese túnel de luz divina, pueda dejar escapar de mis labios, como un susurro, te ame, te amo, y te amare, eternamente...