EL FORASTERO
El aventurero tenia hambre
Y no sabia donde comer
A un pobre anciano le pregunto
Y a su casa este le invito
En la sala se sentó
Y dátales le ofreció
Mientras su esposa hacia
Un guiso en la cocina
Luego de hablar un rato
La comida preparada llego
Y sin vergüenza devoro
Hasta saciar su apetito
Como errante era su nombre
Pronto se quiso marchar
Y luego de mucho agradecer
Se marcho buscando trabajo
En la comarca pregunto
Y a pesar de su pobreza
Su espíritu denotaba grandeza
Y por eso conchabo encontró
Su labor era ser guía de caravanas
Y antes de comenzar exigió cobrar
A pesar de ser un miserable
El rico mercader le adelanto su paga
Con parte de ese dinero
El compro un gordo carnero
Y ante la sorpresa del anciano
Le entrego el preciado obsequio
El anciano le dijo al momento
Que no era necesario tal presente
Porque lo que el le había dado
No valía ni los cuernos del animal
El guerrero en su sabiduría
Le contesto con sinceridad
Lo que me diste no tiene precio
Y los dioses te premiaran
Porque todo aquello que se da
Sin esperar nada a cambio
Es lo que nace del corazón
Y nos ilumina el alma
Se despidió de los ancianos
Viéndolos juntos y viejecitos
Abrazados como dos eternos enamorados
Sonriéndole al verlo partir
La tarde comenzaba a morir
En un horizonte de misterios
Pero el forastero era feliz
Porque volvía a la aventura.