La gracia de Dios
He concebido un sueño y basado en el, me doy cuenta que la verdadera vida esta en otro lugar. A pesar de haber nacido en este mundo solo estoy de paso.
La realidad es la peor pesadilla que me somete día a día. A veces se hace imposible trascender porque la imperfección predomina en el ser.
Pretendo escapar de la cárcel de los instintos básicos, pero hay algo mas allá de mi alcance que me domina con una voracidad terminal.
Busco encontrar la salida en un laberinto plagado de absurdos espejismos. Transito por senderos interminables de piedras, que semejan almas vacías de sustento espiritual.
Quiero hablar con palabras sinceras, claras y precisas, pero no encuentro respuestas que me devuelvan la esperanza, que perdí hace mucho tiempo.
Deseo que ese sueño que duerme en mi pierda su letargo, y de paso a la música del mejor himno celestial, para que forje en mi esencia la posibilidad de un nuevo comienzo.
La ilusión se apodera de mi espíritu, y no hay bestia por mas maldita que sea, que me quite ese anhelo.
Me voy aflojando, y me dejo llevar por ese túnel de paz, de infinita armonía, y de completa felicidad.
Una luz divina, como la mas bella aurora, me invade por completo. Ilumina mi conciencia, que parece flotar hacia voces que me llaman con dulzura.
Todo es como lo imagine alguna vez. No tengo miedo, porque se que ahora principia la verdadera vida.
Estoy llegando, y me están recibiendo todos mis seres queridos. Soy inmensamente feliz, porque he comprendido, que la tristeza y el dolor dejaron de existir.
Siento en cada fibra de mi cuerpo la paz infinita, y las ganas de volver a reír.
Los barrotes de la cárcel que me tenían preso, se esfumaron para siempre. Hoy he vuelto a creer que el amor guardado en mi corazón hicieron posible el milagro de la vida eterna. Gracias a Dios.