DE ERRORES SE APRENDE
No soy quién para componer el mundo,
sólo compongo palabras que riman
al son de un duelo de ajedrez, jamás
jugado con tanto ardor moribundo,
para que brunos ángeles rediman
sus frágiles alas rotas, compás
que se repite eterno...
¡Señor, volved atrás
tableros del infierno!
Grave error fue sacrificar el peón,
dejar la blanca dama sin defensa
y no enrocar al rey ningún invierno.
Si pudiera volver atrás, la ofensa
por la cruel rendición
sería un triunfo tierno...
analizando la combinación
para que en otra partida sí pueda!