El día que me convertí en esclavo
Mi caballo caminaba con lentitud
Por la inmensa orilla del mar
Un infinito desierto de sal y agua
Donde los misterios de los espíritus nacen
A veces me sentaba en la orilla
Y me dejaba estar horas y horas
Solo, tan extrañamente solo
Como una piedra en la playa
El viento era agradable en la piel
Así como también el trueno intenso
Y sin fin de un mar palpitante
Que me daba felicidad en mi soledad
El pescador era un hombre viejo y rugoso
Llevaba una red sobre los hombros
Caminaba con pesadez sobre la arena
Y parecía que estaba muy cansado
Tienes algún rumbo me pregunto
O marchas hacia la aventura
Mis sandalias son mi brújula le dije
Y ellas me guían hacia lo desconocido
Veo en efecto, que eres forastero
Hacia allí están las islas sin reyes
Son pequeños peñones solitarios
Donde nadie vive, excepto gaviotas y piratas
Son moradas de perros ladrones del mar
Parricidas, sacrílegos y homicidas
Están todos malditos por los dioses
Y surcan los mares robando y matando
Capturan hombres y mujeres jóvenes
Los venden como esclavos o
Los encadenan al remo de sus naves
Lo que no pueden robar, lo queman
El rey se volvió un hombre pequeño
Que se encierra en la torre de su fortaleza
Y deja que la carroña del mar
Destruya como la langosta y la tormenta
Por eso te aconsejo, que desvíes tu camino
Soy demasiado viejo y pobre
Y creo que no siquiera me ven
Pero tu caso es diferente
Eres joven y de gran estatura
Tu eres de grandes músculos
Y podrían venderte como esclavo
O usarte de remero en sus barcos
Decidí no desoír al anciano
Y me aleje del sendero de la playa
Divise un bosquecillo y hacia allí
Fui para otear el horizonte
Sin embargo me confíe mucho
Y al instante los perros me atacaron
A pesar de estar en inferioridad
Sentí placer al enfrentarme con ellos
Enloquecí de furia en la batalla
Los golpee con rabia porque no quería ser capturado
La pelea era frenética y sentí el hedor de sus cuerpos
Pero fui capturado y me llevaron a su guarida
Al no tener nada que hacer
Pues mis ligaduras eran perfectas
Me dedique a observar a los piratas
Que llenos de jubilo gritaban su alegría
Cuando oscureció encendieron grandes hogueras
Comieron, bebieron, y gritaban su barbarie
Tirado en la húmeda arena
Podía oír sus alaridos y sus risas
Fui confinado y encadenado en un barco
Sentí entre mis manos el lustroso remo
Es inútil luchar contra el destino
Y me entregue a la vida de remero
Encadenado al remo perdí todo
La noción del tiempo se esfumo
Mis manos se agrietaron y sangraron
Luego se volvieron duras como la piedra
Nunca nos soltaban, excepto en tierra
Dormíamos y comíamos en el banco
Tenia otro compañero atado al banco
Pero un día murió y lo tiraron al mar
Mi barba y mis cabellos habían crecido
También la costumbre de no hablar
Había dejado de ser un hombre
Para convertirme en un esclavo del remo
Ese día comprendí el peligro
Debía evitar caer en el estupor y la pesadez
Un día otro compañero de mi banca murió
Y fue nuevamente arrojado al mar
En un descuido del capataz
Robe su hacha de la canasta
Y la guarde esperando la oportunidad
De poder usarla para escapar
El barco era atacado por otra nave
Y se escuchaban rumores de batalla
Luego sentí un choque terrible
Y un coro de alaridos espantosos
Vi. como los piratas saltaban a la otra nave
Tome el hacha y di dos terribles golpes
Y la cadena salto destrozada
Volvía a ser libre y tenia sed de venganza
Solté a los demás prisioneros
Y con toda mi furia encabece la rebelión
Me siguieron como un vendaval
Blandiendo sus cadenas, tenazas y garfios
Parecía un pesadilla de terror
Hombres macilentos y espectrales
Buscando la tórrida batalla
Como el perro busca la carne
Desde el otro barco debieron
Darse cuenta de lo que ocurría
Contraatacaron y nosotros también
Le caímos sobre sus espaldas
Fue demasiado, no eran soldados
Solo una peste de carroña animal
Algunos piratas trataron de regresar
Pero solo hallaron la muerte
Dos horas después terminamos
De limpiar las naves de heridos y muertos
No se salvo ningún pirata
Pues los tripulantes deseaban venganza
Parado en el medio de la cubierta
Me acaricie la barba crecida y dije
Llevare el barco hasta la Helade
Y allí venderemos sus tesoros
Una vez allí, lo repartiremos entre todos
Yo llevare la mejor parte pues los libere
De todos modos hay mucho oro
Y ninguno tendrá de que quejarse
Me prometí un corte heleno
En cuanto pisara tierra firme
Luego mire el mar revuelto
Y volví a ser un hombre libre.