Crónicas
La plazoleta, no muy grande, de una localidad, no muy poblada, en un día claro, alguna que otra nube, como despistada ahí arriba azul pájaro en vuelo y la nube que pasa lenta, en blanco, como algodón.
Un banco, a la sombra de un gran árbol, centenaria criatura de la castigada naturaleza burlada asediada.
Don Leopoldo, sentado, con la prensa escrita, un titular, noticia tétrica, lamentable suceso.
Una conmemoración, han pasado muchas semanas, doce meses; quienes sobrevivieron al desastre conmemoran las muertes de quienes tragaron agua embarrada por una riada, ciudadanía lodo barro ahogada.
Desastre natural pésimamente interpretado, tétricamente asumido. responsabilidades patéticamente gestionadas, respuesta del gerifalte contraproducente pasiva.
Una manifestación en mención del desastre, de la riada, un lamento colectivo, una conmemoración…
Una televisión de territorio, empoderada, que emite, que contraprograma, un evento sanguinario lúgubre, degradante, con unas bases, a saber: maltrato, tortura, crueldad; bases a las que se aferran determinadas élites.
Apego a una actitud tauromaquiavélica.