Ya no soy el cóndor de los Andes
que oteaba el mundo desde el cielo
menospreciando a muchas aves
que comían carroña en el suelo.
Soy cerezo sin hojas en el huerto
que dio frutos y esparció semillas;
soy viajero que vaga en el desierto
en medio de espejismos y arenillas.
Soy gota de agua seca en una rosa,
un destello de luz que no alumbra,
soy la espuma montada en una ola
y un pobre mortal en la penumbra.
Siento sonar el tiempo paso a paso
mientras el calendario se desgrana;
veo que se oculta el sol en el ocaso
y la noche entrando en la ventana.
En este viaje a la gloria prometida
llevo mi valija repleta de esperanza
sin vanidades por lo hecho en la vida
y solo pido a Dios piedad para mi alma.
Héctor José Corredor Cuervo (hecocu@hotmail.com)
Enviado el 15 de junio del 2007
Poemas de Héctor José Corredor Cuervo:
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