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El rincón literario: Una mujer

Toda mujer tiene el derecho de elegir lo que quiere hacer con su vida, sin que nunca tenga que renunciar a sus sueños, ni dejar que sea el hombre quien decida por ella, hay que seguir el camino marcado y llegar hasta el final. Ángela tuvo que esperar mucho tiempo para poderse sentir libre y poder hacer lo que se había propuesto desde muy pequeña. Todo sucedió así:

Ángela se encontraba en la salita de su casa, donde pasaba la mayor parte del día, estaba sentada en la butaca intentando leer un libro, pero no podía concentrarse, su pensamiento estaba muy lejos recordando cosas muy lejanas de su vida, se puso cómoda y se dejo llevar:

Se crío en medio de seis hermanos, eran una familia numerosa, se componía de padres, abuelos y siete hijos. En medio de ocho hombres solo se encontraban tres mujeres la madre, la abuela y la niña.

Su padre era medico rural, vivían en un pueblo muy pintoresco del pirineo aragonés, rodeado de montañas, lagos etc.; Ángela desde muy pequeña decía que seria medico como su padre, ella lo tenía muy claro, pero su familia no pensaba lo mismo, en aquellos tiempos el futuro de la mujer era quedarse en casa para cuidar de su esposo y de los hijos y estar siempre a su disposición.

Ángela veía a su madre como la sombra del esposo, ella nunca seria así, no le gustaba nada el machismo que tenían los hombres y en su casa eran ocho y todos pensaban igual.

Ella a pesar de tener 13 años era una persona adulta y se repetía sin cesar que nunca sería como su madre ni se sometería bajo las ordenes de ningún hombre, su modo de ver la vida era muy diferente, tenía otras ambiciones, como la de llegar a ser un buen medico, pero entre tantos obstáculos no tenía claro como se las arreglaría, de lo que si estaba segura es que llegaría a serlo aunque tuviera que esperar 40 años.

Sus hermanos estaban todos estudiando en la universidad y ella en casa ayudando a su madre en las tareas domesticas.

Después de rogarle mucho a su padre consintió que fuera al instituto y ella procuraba aprovechar al máximo el tiempo del que disponía.

Fueron pasando los días, los meses y los años y Ángela termino sus estudios en el instituto, hablo con el padre para poder ir a estudiar a la universidad, pero este le contesto que no y que no, que era mujer y su deber era prepararse para ser un buena esposa y madre.

Ángela estaba desesperara no llegaba entender el machísimo tan grande que tenía su padre, ¿qué culpa tenía ella de haber nacido mujer?,¿ en que país vivíamos para estar siempre pendientes del hombre?, ella no se doblegaría ante ninguno y continuaría con su vocación , no contaba con la ayuda de nadie, los hermanos eran como el padre y la madre no podía hacer nada sin el permiso del esposo, cuando se contemplaba ella misma lo que veía no le gustaba, y estaba dispuesta a luchar para que su hija Ángela no fuera igual y pudiera realizar su sueño “ser un buen medico”.

Ángela volvió a la realidad para secarse las lagrimas que se deslizaban por sus mejillas, siempre que pensaba en su pasado le ocurría lo mismo, se levanto para beberse un vaso de agua y al volver a sentar continuo pensando, tenía 70 años y estaba sola y no tenía mas trabajo que dejar pasar el tiempo acompañada de sus recuerdos, muchas veces le hacían llorar y otras sonreír feliz.

Continuo recordando, discutieron con su padre y este en un momento de arrebato la expulso de casa. Entonces le vino su segundo calvario, primero se matriculo en la universidad por libre y después se busco trabajo, tuvo que hacer de todo desde fregar suelos hasta servir copas en un bar, aguanto muchas impertinencias de los hombres, pero continuo luchando, necesitaba el dinero para vivir y pagarse sus estudios, su madre con la que mantenía una buena relación la ayudaba a todo lo que podía a escondidas del esposo, todo eso hacía que Ángela se sintiera terriblemente mal.

El día que recibió su titulo como licenciada en medicina fue el más feliz de su vida, entonces tuvo que empezar otra vez a buscar trabajo, no fue nada fácil, el solo hecho de ser mujer le cerraba todas las puertas, como si fuese un “bicho raro”

Después de un largo y duro camino, al final encontró trabajo en la Seguridad Social, pronto por su dulce carácter y su inteligencia empezó a ser conocida y admirada.

Estuvo trabajando en la Seguridad Social dos años, cuando ya todo marchaba bien decidió ir a America en una ONG Médicos sin Fronteras. Esta decisión la tomo cuando murió su madre, no tenía a nadie que la retuviese, por lo tanto igual le daba continuar en España o en otro país.

En el hospital donde empezó a trabajar pronto fue apreciada y respectada por todos, no se encontró con el problema de ser mujer, solo exigían que fuera un buen medico y tener ganas de trabajar.

Tenia un montón de personas que acudían a la consulta para visitarse, mas de la mitad eran niños que necesitaban ser atendidos urgentemente unos llegaban muy enfermos a causa del hambre y la miseria y otros completamente desnutridos. Tenían tanto ella como sus compañeros mucho trabajo y pocas medicinas y material para poder trabajar, de vez en cuando recibían ayuda de otros países les mandaban camiones enteros de comida, ropa y medicamentos y así se iban arreglando.

Ángela por primera vez en su vida era inmensamente feliz, alguna vez se sentía triste cuando pensaba que su padre murió sin haberla perdonado, menos mal que el trabajo le absorbía todo el tiempo y tenía poco para pensar.

En un envío que recibieron de medicamentos llegaron tres médicos voluntarios, enseguida se sintió atraída por uno de ellos, siempre había dicho que nunca se casaría para no estar bajo el dominio de ningún hombre, pero como hay un dicho que dice “el hombre propone y Dios dispone” eso le ocurrió a ella. Se enamoraron los dos, puede que fuera una faceta muy importante el que estuviera lejos de su país también y que empezaban a ser algo mayores Ángela tenía 37 años y David 40.

Al poco tiempo de conocerse se casaron, fueron inmensamente felices se entendían de maravilla tanto en el trabajo como en casa. Vivieron 22 años de mucha felicidad, pero como todo lo que se empieza se termina, un día David se puso enfermo con una enfermedad rara que abundan en el Tercer Mundo, no se pudo hacer nada para salvarle la vida y murió.

Ángela se volvió a quedar sola del mismo modo que empezó, sin fuerzas para luchar como años atrás, el tiempo y el sufrimiento habían dejado huellas en su cuerpo y en su vida.

Dejo pasar dos años y regreso a España, una vez instalada lo primero que hizo fue intentar buscar a sus hermanos pero desgraciadamente todos ya habían fallecido.

Después de mucho preguntar pudo localizar la nieta de uno de ellos llamada Ángela como ella, además con una coincidencia muy curiosa a pesar de haber pasado mucho tiempo tenía el mismo problema que ella años atrás, era increíble parecía que el machismo era una cosa muy importante en su familia. El padre de la niña era medico también y se negaba que la hija estudiara. Entonces fue cuando Ángela entro en acción hablo con el sobrino siempre procurando hacerle ver la realidad de la vida contándole la suya, hablaron mucho hasta que al final pudo hacerle entrar en razón, para que la niña estudiara y hubiera otro medico en la familia.

Ángela se volvió a sentir feliz con la compañía de su sobrina y esta gracias a ella pudo seguir con los estudios de medicina.

Después de hacer un repaso de su vida volvió a la realidad, pensó que no había estado nada mal consiguió ser medico y también supo lo que era la felicidad completa al lado de David, ahora solo tenía que esperar que Dios la llamase para reunirse con el y emprender el largo viaje sin retorno.


María Teresa (mtererovira@hotmail.com)

Enviado el 3 de marzo del 2011


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