Dicen, que con el tiempo el olvido llega,
y que con él, las heridas cierran...
pero en mí todavía duelen...
duelen estas heridas y el recuerdo
Me hiere, no lo puedo evitar.
Ha pasado un largo año, desde aquel
triste momento de tu partida,
y aún no me acostumbro a no ver
esos hermosos ojos, que sabían
mirarme con gran amor.
Miro el cielo, añorando el sonido
de tu voz... hay días, como hoy,
que necesito más de ti,
hay días que el sol no sale para mí.
Cómo olvidar que a ti debo mi vida...
Ahuyentaste de mí los sufrimientos...
Supiste esclarecer todas mis dudas,
con tus besos tiernos y tus caricias suaves.
Hoy me encuentro dentro de esta
habitación, tan llena de recuerdos
en la que pasamos momentos dichosos...
Mis ojos se detienen a contemplar la foto
en la que sonríes para mí, con esa
sonrisa encantadora que me cautivaba.
La tomo y la llevo a mi pecho soñando
que al hacerlo, puedo darle vida,
con los latidos de mi corazón...
Imagino que vuelven los momentos felices
cuando me abrazabas muy fuerte,
cuando en tus brazos podía llorar
y escuchar palabras de amor.
Abro el closet y ahí todo huele a tí,
me abrazo a tu abrigo, imaginando
que me tomas en tus brazos,
que me mimas, acaricias y besas...
Un ruido, a lo lejos, me vuelve
a la realidad, lágrimas resbalan
por mi rostro, al darme cuenta qué:
todo fue un sueño y nada más...
Mamita, ven y calma este dolor inmenso,
que sólo se siente cuando se pierde
algo muy querido... ven y llévame contigo.
...
Pocos conocen esta pena que tengo;
Me ven siempre alegre, sin saber
que por dentro estoy muriendo.
Enero-19-05