Prodigiosa flor,
que día a día alimentas de fe
y esperanza a millones de personas
en América, Asia, Oceanía, África y Europa.
Investida de un alma blanca y generosa
encarnada en tu infinita bondad
y amor por el prójimo,
¡Eres tú Santa Rosa!
Don Gaspar Flores
y doña María de Oliva
te dieron la vida el 30ABR1586
en la calle limeña de Santo Domingo.
Una anciana en los momentos que agonizaba,
profetizó tu nacimiento con una estrella
que apreció iluminando
el cielo de Lima.
Rosa de Santa María,
practicaste penitencia diaria,
cargando sobre tus delicados hombros
pesados troncos como si llevases la cruz.
Eras la encarnación del sufrimiento en soledad,
oprimías tu cuerpo con pesadas cadenas,
lacerabas tu piel con vidrio
y corona de púas.
Desde el 11AGO1670
eres Patrona de América, Filipinas
y las Indias Orientales. Al año siguiente
el Vaticano te canonizó y proclamó Santa.
Eres el Ángel Guardián de todos los chiquianos,
símbolo permanente de amor al prójimo,
fiel defensora de los necesitados
¡BENDITA SEAS SIEMPRE!
(Chiquián – 1995)
Nalo Alvarado Balarezo (nalitoalvarado@hotmail.com)
19 de octubre del 2005
Otros relatos y poemas mandados por Nalo Alvarado Balarezo:
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Sobre el autor:
Nalo Alvarado Balarezo (Armando Arnaldo Alvarado Balarezo) nació el 15 de junio de 1951 en Barranca (LIMA - PERÚ). Sus estudios primarios y secundarios los realizó en Chiquián un pintoresco pueblo de la sierra de Ancash, donde alimentó su sentimiento telúrico.
Es Oficial de Policía jubilado con beneficios de general. En 1985 egresó de la facultad de derecho y ciencias políticas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, y actualmente estudia en la Escuela de Escritura Creativa del Centro Cultural de la Pontificia Universidad Católica del Perú, bajo la conducción de los afamados escritores peruanos Alonso Cueto e Iván Thays.
Escribe cuentos, crónicas, pensamientos y poemas andinos desde sus años juveniles, que comparte con sus coterráneos a través de cartas a las que denomina: "HOLA SHAY" (Hola amigo).
Sus mayores deseos son crecer como ser humano y que todo el mundo conozca sobre las bondades naturales del Perú profundo. Sueño tantas veces acariciado por José María Arguedas.