“Soy un consagrado escritor. Por ello, quizás, nunca me he atrevido a decir la verdad. No soy yo el que escribe esas bonitas historias, yo empiezo a escribir, yo pongo la idea y mi querida pluma cambia todo lo que ella considera que esta mal. Por ejemplo, en mi exitosa obra “El Viento”, yo quise que después del terrible tornado que asoló la ciudad de París, la mujer de Antonio desapareciera, y eso escribí, pero mi maravillosa pluma tachó todo y escribió un bonito y agradable final. Por todo esto, hay algo que me remuerde la conciencia. Soy candidato a un premio literario importantísimo y creo que no debo ser yo quien reciba el premio. Espero que me entendáis”.

Estas fueron las palabras que Dº Antonio vio en un cuaderno. Enfadado, cogió la pluma y escribió: ¿tu qué te has creído que eres?, ¿quieres arruinarme la vida? Segundos después, la pluma empezó a girar bruscamente, parecía como si el demonio la hubiera poseído. Al rato apareció en el cuaderno unas letras enormes y bien marcadas: “EGOÍSTA yo soy la que escribe tus historias y tú, farsante, eres el que cobra dinero y el que vives de lujos. Eres un egoísta, sólo piensas en ti, ¿te has preguntado alguna vez donde está la clave de tu éxito? Pues yo sí, la clave de tu maravilloso éxito soy yo. Y tú ni siquiera te acuerdas de limpiarme un poco. Lo único que se te ocurre es chuparme la cabeza”.

Antonio no sabía que decir y escribió: ”pero que quieres entonces”. La pluma lentamente empezó a escribir: “quiero que me dejes escribir una historia por ti, la pondré tu nombre. Será una historia de una pobre pluma que se desvive por su escritor y este sólo la grita y la regaña, todo el mundo se va a enterar que eres un farsante”.

Antonio aceptó. La pluma escribiría una historia muy buena que para él sería repugnante y odiosa, pero que la gente la leería como si de ciencia ficción se tratase.

A la mañana siguiente la historia estaba escrita. Se trataba del diario de una pluma que es escritora y que estaba indignada por no ser reconocida como tal.

Antonio la leyó. Cogió a la pluma y la dio un bañito en oro para que estuviera contenta. Cogió el cuaderno y lo llevó a la editorial para que la publicasen. Al poco tiempo se vieron los resultados. La novela de Antonio, bueno de la pluma, había tenido un gran éxito y fue muchas veces premiada. Antonio pasaría a la historia como el mejor autor de ciencia ficción.

Laura (laurita2912@hotmail.com)

Relatos breves de Laura: -La pluma indignada-    -Asesinado por sus principios-