Para encontrarnos y hacernos piedra y alimento, nube y río joven, necesitamos permanecer tranquilamente solos y alejados de las llaves
A Cristina
Tanto ruido hay en nuestras relaciones, que hemos abandonado nuestros cuerpos, llenándonos a toda hora de adornos, movimientos y palabras.
Y parece que casi siempre olvidamos que nacemos y morimos desnudos... Y que únicamente podemos amarnos enteros cuando estamos limpiamente desnudos, bañados y cubiertos por la luz y el fulgor de unos brazos amables y tranquilos...
Para encontrarnos y hacernos piedra y alimento, nube y río joven, necesitamos permanecer tranquilamente solos y alejados de las llaves, los paraísos infernales y los rumores.
Dar las gracias y celebrar tu entrega, amíga mía, por demostrarme, por enseñarme siempre que todo cuerpo es una entera parte de la luz y de las noches que hacen posible la vida, esa vida que se desborda y no tiene ni siluetas ni colores concretos e inmutables.
Y procuremos siempre no olvidar mirar y ver todo lo que hierve y amanece como secreto en el vientre de nuestro entorno.
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Para Cris, mi hermana y mi espejo invisible, cercano...
Donde acaba la noche
Se abre tu alegre cuerpo:
Flor de lluvia
Y pan nuevo
Antonio Marín Segovia (antoniod17@ono.com)
6 de febrero del 2005
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Sobre el autor:
Antonio Marín Segovia, nacido en Valencia ciudad el 17 de diciembre de 1960. Intento diariamente vivir de manera poética, alejado de los ruidos y oropeles.
Creo que debemos ser mejor que nuestras propias palabras, que nuestras propios silencios, pues la mejor música es la que emana de nuestras miradas, de nuestras caricias, de nuestros abrazos.
Regalar unas palabras, unos pensamientos es la mejor manera de vivir y compartir la belleza con el resto de nuestros semejantes.