A Rosalia....
Para ti quiero un nombre con olor de azucena.
Un nombre sólo mio.
Un signo, una palabra
que me lleve al secreto vestíbulo
más allá de tus ojos.
Un nombre modelado
en carne de jazmines
y alma de gardenias.
Para ti quiero un nombre con textura de pétalos.
Un nombre desbordante de anhelos abstraídos
en mínima palabra.
Mesiánica promesa.
Inconclusa sonata.
Relicario de sueños.
Imprecisa esperanza.
Ansiedad de mí mismo
Magnolia solitaria.
Para ti quiero un nombre con vocación de cielo.
Vacío de sonido;
latente de inefable cadencia mozartiana.
¡Ah, tenerte en un nombre más allá
de la táctil frontera de las cosas!
¡En el canto que canta la brisa en las acacias!
¡En un nombre tenerte como el aire en las aguas!
Intuirlo en la entraña silenciosa del viento;
lentejuelearlo en el pardo rebozo de la noche.
Sin que nadie adivine
que ese nombre es tu nombre,
que es eco de mi nombre,
en mi íntima morada