Natacha, hoy detengo mis pasos ante el encanto de tus ojos, tus coralinos labios, que son botón en flor; resiste como el corazón, que palpita como noche en primavera.
Natacha, nombre de mujer apasionada, sólo tus manos acarician el sentir de un niño, con la entrega de un beso sobre los mismos labios, como los esclavos libertados, que suplen la ausencia del amor, el sabor de las lágrimas, que es la esencia de ese elixir, que queda escrito en la historia de nuestro corazón.
Natacha, bella aún como una tarde en primavera, como una historia de amor; se vive, no se escribe, ya que tiene algo de sublime; preludio del amor, que no podemos explicar lo que sentimos, y no temer a la aureola de tristeza, esa tristeza que nos mira con ternura cuando pierde una ilusión.
Mujer, digo tú nombre, y busco en tus ojos y en tus labios, el esplendor de tú pasión y el sentimiento de tú ser.
Hugo José González Velázquez (hugopipo4@hotmail.com)
20 de junio del 2005
Poemas de Hugo José González Velázquez:
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