El rincón literario: Mi madre

Es raro que alguna vez alguien no haya oído comentar que dos personas de que hayan recibido diferente educación no hayan podido formar una familia y vivir toda la vida inmensamente felices, para demostrar lo contrario voy a resumir una pequeña historia de dos personas muy queridas para mi.

María vino al mundo el mes de marzo en Barcelona en una casa del paseo de Gracia, paso allí sus primeros dos años, el padre estaba delicado de salud y estando muy bien considerado en su trabajo los jefes por si podía recuperarse lo mandaron a un pintoresco pueblo de los Pirineos Catalanes, rodeado de montañas por todos lados, con ríos, embalses, lagos, pantanos y en el centro de tanta vegetación se hallaba una central hidroeléctrica la que suministraba la luz a muchos kilométricos de distancia, su padre era el encargado de hacer que todo funcionara a la perfección, había de veinte a veinticinco personas trabajando, todos tenían allí su vivienda, se componían de originales casitas fabricadas de madera, todo junto parecía una estampa sacada de una postal y mas en el invierno cuando la nieve lo cubría todo con su manto blanco.

Cuando nació María sus padres eran mayores, fue como un regalo, creció rodeada de mimos y caprichos, cuando quería una cosa solo tenía que insinúarlo para que todas corrieran para satisfacerla.

Fue feliz durante toda su niñez, aprendió a leer y escribir, subía un profesora que vivía en el pueblo mas cercano, daba clase a los hijos de los empleados, cuando tuvo 10 años la llevaron a un internado situado a varios kilómetros de distancia, los primeros tiempos lo paso fatal, echaba de menos sus montañas, sus ríos etc….

Con el tiempo se fue acostumbrando, tenia unos primos propietarios de un hotel al lado del colegio los fines de semana que no iban los padres se la llevaban con ellos, así fue pasando los días los meses y los años, María se encontró con 18 años maravillosos, era una señorita guapa culta y educada.

Cuando salió del colegio a su padre le faltaban dos años para jubilarse, había comprado una hermosa finca en un pueblo de la comarca del Urgel, esperando poder ir a vivir allí en su momento.

Esperando que pasasen estos dos años, para ir preparando la casa el padre mando a María junto con su madre. El pueblo era pequeño no había ni ríos ni embalses ni lagos, los habitantes era gente sencilla y agradable que hacía todo lo posible para que no te encontraras extraña entre ellos, María por su educación y distinción, pronto tuvo amistad con todo el mundo, parecía una princesa en medio de sus vasallos.

Entre ir y venir pasaron los dos años y llego el momento de instalarse definitivamente, por entonces María ya se había acostumbrado a su nueva vida, contaba con muchos amigos y procuraba pasarlo lo mejor posible.

Un día de un caluroso verano cuando se cumplían seis meses de su nueva vida, se dio cuenta que se había enamorado, el afortunado tenia una educación inferior a ella, pero se querían y eso era lo mas importante, no tuvo ningún obstáculo, los padres eran sencillos y buenos, solo querían la felicidad de su niña.

Así que otro día cualquiera de los muchos que hubo en su vida contrajo matrimonio con Pedro.

Pedro era un apuesto joven guapo y simpático que supo conquistar el corazón de nuestra María, era albañil hijo también de albañil toda la saga de su familia seguían la tradición familiar.

Paso un año que María y Pedro contrajeron matrimonio cuando les vino el primer hijo llenándoles de felicidad, al cabo de dos años el segundo y así relativamente hasta llegar a cinco, su vida iba pasando sin ninguna novedad, ellos se querían y esto era lo importante.

Los padres de María, después de haber conocido los primeros nietos murieron tranquilos al ver la felicidad da su hija.

Criar cinco hijos y llevarlos a buenos colegios suponía mucho dinero, entonces fue cuando empezaron a venir los problemas, llevaban una vida acomodada, pero como los hijos iban creciendo, cada día los gastos se multiplicaban y necesitaban mas dinero, llegó un día que solo disponían del sueldo de Pedro, pero siguieron adelante, María tuvo que aprender hacer milagros con el dinero, al final resulto una excelente administradora.

Los hijos fueron creciendo, todos eran inteligentes pero ninguno le superaba, ella para ellos era como un Dios, les ayudaba en sus estudios (a pesar que pasaron muchos años, la enseñanza que aprendió no la había olvidado) y era feliz ayudándoles y ellos se sentían orgullosos de su madre.

Fueron pasando los años y los niños se convirtieron en hombres y mujeres y por ley de vida todos volaron de su lado para formar una nueva familia.

Después de haber pasado tantos años se volvieron a quedar solos como si empezaran de nuevo, pero contentos de ver los resultados de su lucha.

El resultado es: que dos personas aunque hayan recibido diferente educación pueden ser felices y quererse toda la vida que Dios a dispuesto que vivan.