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Bendito sea el destino,
Que te puso en mi camino,
Robando mi tranquilidad,
Y convirtiendo mi felicidad
En un eterno infierno divino.
Eres amante bella y sensual,
Que abarca sin piedad mi sino,
Desbordas ese tu amor brutal,
Y sin mediar la razón alguna,
Me desafías con presteza y desatino.
No hay seguridad en mi Alma,
Cuando tu estas al lado mío,
Me contagias con tu alegre locura,
Y logras que al fin pierda el equilibrio.
Todo es un huracán por mi corazón
Pasando tu pecho al desgarrad, el mío,
Como unas infinitas líneas paralelas,
Como son tu gran carácter y el mío.
Tú eres volcán siempre ardiente,
Yo la barca, que navega por el rio,
Eres el blanco de humilde vela,
El que pasa agobiando mi triste destino.
Eres como una mentira piadosa
Y yo infeliz y tonto que me lo he creído,
En la vida siempre hay un triste final,
Y es cuando el amor ya se ha dormido.
El día siempre muere en la noche,
Todos los ríos desembocan en el mar,
Vives feliz y el final es la parca muerte,
Cuando al final el corazón pierde su destino,
Esperando que nuestro supremo Hacedor,
Con los brazos abiertos allá nos espere,
Con lo cual, podremos con resignación,
Esperar el ansiado y eterno galardón
San Joan despi 10/12/2010
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Poemas de Jose Joaquin Muñoz Castro:
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