Emergí en este desolado camino
Como oasis en el árido desierto
Yo creía ya mi corazón muerto
Pero no era así para el destino.
De repente he comprendido
Que la vida nos trae sorpresas
Que cambian nuestras certezas
De creer ya seguro lo vivido.
Que nefasto el triste alarido
De un corazón marchitado
Cuando la vida le a robado
El ser que más ha querido.
Finalmente en cada latido
Que promueve el sangrado
De un corazón enamorado
Se va añorando lo perdido.
Que absurdo el cruel regocijo
Cuando se pierde la vida
Encontrando una mortal salida
Al sentimiento más fatídico.
Sentimiento no compasivo
Cuando ataca al corazón
Lo castiga con tal pasión
Dejándolo solo en gemidos.
Pero nunca me he arrepentido
De haberte amado tanto, tanto,
Aunque solo me quede el llanto
De ser solo el que más te a querido.
José A. Vidal Santiago ("Pelicanito") (jose.vidal@us.army.mil)
Poemas de José A. Vidal Santiago:
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