El Deseo y la persecución del Todo se llama Amor.
El Banquete - Platón
En el amor, en la convivencia, en la compañía sólo se vive y se desarrolla bien (sin excesivos sobresaltos y sufrimientos) todo aquel futuro que es absorbido, entendido, vivido como alimento y vuelo eterno, sustancia perdurable, sabor o caricia infinita, instante presente...
Únicamente en el amor, en aquella felicidad que sabemos y deseamos conscientemente compartir, asimilamos por entero todo lo que supone dicha, ausencia de miedos...
Y aprendemos (casi siempre tarde) a vernos enteros en la distancia, a mirarnos sin temor ni culpa en la proximidad de amor sin destinatario ni horizonte...
No hay posibilidad de culpas ni reproches en el amor entero. No hay posibilidad de silencios o de paisajes oscuros en esos tiempos de entrega...
El intenso e inconmensurable amor se extiende y crece, alejado de las miserias e imposiciones convencionales, históricas, publicitarias... cuando no tenemos intención alguna de definirlo...
Para amar y seguir viviendo instalados en la sorpresa, en la alegría, en el vértigo, en la innovación.. con renovada y rutilante limpieza y reciprocidad, tener claro que ninguno de los jugadores puede triunfar en tan singular refriega...
El amor es una pacífica guerra, una interminable e incruenta sucesión infinita y agotadora de batallas. Y no hay armas ni ejércitos. Ni tampoco hay muertos ni prisioneros, ni heridos. No hay nunca vencedores ni vencidos. Esa es la mayor grandeza del amor o de la eternidad que brota en cada presente...
El amor que anhelamos todos es un juego sencillo, un trabajo lúdico y científico, una conquista interminable y a la vez tan simple y completa, que no tiene reglas escritas y que necesita, únicamente, la tácita complicidad de los participantes en la ceremonia, así como el despliegue de la imaginación desatada...
Un buen amor necesita, con urgencia, latir lejos de las indiferencias...
Necesita el amor y sus discípulos bañarse en el fuego interminable de unas miradas oceánicas para crecer, crecer y crecer...
Crecer mucho, de forma prodigiosa, para que así no pueda ser el amor vislumbrado ni apresado nunca por los enemigos del presente y los asesinos de la alegría...
Toda la fuerza fiera e incontrolada de la noche en una mirada. Y las manos abiertas, dispuestas a adornar, a regalar caricias exactas a todos los océanos heridos.
Mis labios cerca de tus montañas, de tu piel llena de nubes y nieve...
Y así el hoy no crecerá herido de palabras.
Y nuestras miradas verán como El mar dice nuestros nombres cada vez que nos miramos...
...
Yo detesto el tiempo. La mayoría de la gente rememora el pasado y hace planes para el futuro. Yo me pregunto: ¿pero cuándo vive esta gente? La mística en mi acepción, no tiene nada que ver con ninguna cuestión religiosa, ni estética, ni nada de esto, sino con esta capacidad de vivir el presente, de exorcizar el tiempo. Vivir el presente está relacionado también con la capacidad de encontrar algo que a uno le importa más que uno mismo.
El ego es un invento reciente de la evolución, y un día u otro desaparecerá.
Salvador Paníker
Todos vivimos en el cieno, pero algunos levantamos los ojos hacia las estrellas.
Oscar Wilde
Antonio Marín Segovia, nacido en Valencia ciudad el 17 de diciembre de 1960. Intento diariamente vivir de manera poética, alejado de los ruidos y oropeles.
Creo que debemos ser mejor que nuestras propias palabras, que nuestras propios silencios, pues la mejor música es la que emana de nuestras miradas, de nuestras caricias, de nuestros abrazos.
Regalar unas palabras, unos pensamientos es la mejor manera de vivir y compartir la belleza con el resto de nuestros semejantes.