Cuando estamos en el vientre materno no podemos ver la luz, nos encontramos en una completa oscuridad. Al salir del vientre percibimos por primera vez esa luz y es cuando nacemos. Así es como cada año tenemos que esperar 364 días para celebrar nuestro nacimiento.
Cada día al anochecer nos acostamos y es como si estuviéramos en el vientre materno, quedamos en total oscuridad hasta que despertamos del sueño, vemos la luz de un nuevo nacimiento, día tras día, tenemos la oportunidad de celebrarlo como si fuera nuestro ultimo día de vida sobre este planeta.
La Luz es la Vida
26/05/06
Lorenzo Sulbarán (lorenzoarm@cantv.net)
Enviado el día siete de agosto del 2006