Como las aguas de caudaloso río
corre en mis venas sangre a borbotones
cuando siento tu cuerpo junto al mío
entre las olas de amor y de ilusiones.
Tu piel es un jardín con el rocío
que refresca el tálamo de pasiones
y le resta a la carne el poderío
para gozar el aroma de las flores.
Al abrirse tu rosa por instinto puro,
plena de mansedumbre diamantina,
se siente el corazón en mar seguro.
Y al navegar con tu alma cristalina
con la mirada puesta en el futuro
se palpa fuego con calor que anima.
Héctor José Corredor Cuervo (hecocu@hotmail.com)
29 de enero del 2007
Poemas de Héctor José Corredor Cuervo:
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