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Efímera tierra dorada, en el azul del Cielo,
cuando la Perdiz canta, llamando en celo,
enajenado y feliz escucho en el silencio,
que hasta los animales, buscan estar contentos.
En mis tardes gloriosas, los recuerdos,
estoy contento, pues existe el Amor,
que redime el corazón en el alto Cielo,
estando dentro de un glorioso sentimiento.
Es una quimera, lo fue en aquel momento,
cuando palpaba tus calculados silencios,
esperando juntos llegar al Cielo con afecto.
Cuando llegara ese fugaz momento,
esperándolo estoy libre como el viento,
para alcanzar las cotas del advenimiento.
6 de abril 2001
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Poemas de Jose Joaquin Muñoz Castro:
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