Tú, eres energía
que alimenta el alma,
eres paz, alegría.
Tú, eres calma.
Niño inocente,
de mirada tierna.
Pequeño impaciente,
de dulzura eterna.
Profeta inexperto,
de futuro incierto.
Menudo Mesías,
emanando amor.
Razón de vida,
capullo de fe.
Fantasía dormida
despertándose.
Egoísmo mío,
el que nunca crezcas,
conservando siempre,
tu sonrisa fresca.
Valorando todo
mi pequeño hijo.
Yo, soy ese ser,
de algún modo,
por Dios elegido,
para estar contigo
y verte crecer.
HUGO F M OTERO (hugootero@LatinMail.com)
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