Son como el buen chinguirito,
hay que tomarlo a sorbos, poco a poco;
tal vez todos no podamos danzarlos tan bien,
pero hay que verlos siempre, para conocer lo nuestro.
Los diablitos y su marica gustan a chicos y grandes
hacen piruetas con arpa en Corpus Cristi,
son siete acróbatas de vistosos colores,
tienen espuelas, látigo y cuernos.
Los lindos negritos de Navidad,
de terno, mantilla, máscara y sombrero,
danzan con campanilla y regatón plateado
música triste de violín con picardía y elegancia.
Los Huarastujoj bailan con pincullo y roncadora
durante el relimpio de estanques y acequias,
imitan a los huaracinos tucru en mano
y asustan un poco a los niños.
Gijas o danzantes los llaman,
parecen antiguos guerreros incas,
con fustanes, máscaras y porras de madera,
danzan haciendo círculos en grupos de seis a ocho.
A estas lindas estampas costumbristas chiquianas,
hay que agregarle los amigables Rucus
y también el rayán con pincullo,
en las techas de casas.
(Lima – 1995)
Nalo Alvarado Balarezo (nalitoalvarado@hotmail.com)
19 de octubre del 2005
Otros relatos y poemas mandados por Nalo Alvarado Balarezo:
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Sobre el autor:
Nalo Alvarado Balarezo (Armando Arnaldo Alvarado Balarezo) nació el 15 de junio de 1951 en Barranca (LIMA - PERÚ). Sus estudios primarios y secundarios los realizó en Chiquián un pintoresco pueblo de la sierra de Ancash, donde alimentó su sentimiento telúrico.
Es Oficial de Policía jubilado con beneficios de general. En 1985 egresó de la facultad de derecho y ciencias políticas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, y actualmente estudia en la Escuela de Escritura Creativa del Centro Cultural de la Pontificia Universidad Católica del Perú, bajo la conducción de los afamados escritores peruanos Alonso Cueto e Iván Thays.
Escribe cuentos, crónicas, pensamientos y poemas andinos desde sus años juveniles, que comparte con sus coterráneos a través de cartas a las que denomina: "HOLA SHAY" (Hola amigo).
Sus mayores deseos son crecer como ser humano y que todo el mundo conozca sobre las bondades naturales del Perú profundo. Sueño tantas veces acariciado por José María Arguedas.