¡Soy cobarde!
Y esa cobardía
me envuelve y me arde,
me cubre como edredón de llamas
que me aprisiona en las noches
y me angustia en las mañanas.
¡Soy cobarde!
Y esa cobardía...
me hunde y me revuelca
en las tinieblas del pensamiento
hasta quebrarme en llanto,
hasta robarme el aliento,
hasta cubrirme de miedo...
¡Soy cobarde!
Y esa cobardía,
que es tuya y es mía,
que nos aleja y nos junta,
que nos junta y nos aleja,
hace que frunzas tus cejas
con el correr de los días
por no animarte...
a cambiar tu vida,
¡y tienes que hacerlo!
de nada sirve, que me lo digas
Shué (shue@uolsinectis.com.ar)