Chiquián tierra querida,
misteriosa capital florida
que la acuarela Divina
pinto de belleza prístina.
Verde tus fértiles campos,
blanco tu hermoso Huayhuash
hondo cantar de esperanzas,
donde duermen mis recuerdos.
Hospitalario con el visitante,
brazos abiertos al caminante
sobre tus humildes fogones
se abrigan mil ilusiones.
Cuando sus notas afina
la dulce orquesta del viento,
las pallas de piel coralina
bailan bajo el firmamento.
En las noches frías de enero
destellan tus joyas escondidas
junto a las lámparas de minero,
que alumbran las vetas perdidas.
Son los blancos nevados,
tus leales centinelas de hielo,
aquellos cerros escarpados
que acarician el azul cielo.
Hoy aquel corazón errante,
en invernales despertares,
llora tu ausencia a mares
con dolor de caminante.
Por eso mis labios sellados
sonríen al contemplarte,
acariciando sueños dorados
para poder retenerte.
Yo que no soy minero,
ni dueño del universo,
solo contemplo tus vetas
entre mis venas y mi verso.
Así iré burilando poemas
con mis barrenos de sueños;
hasta que un día llegue a tu alma
con mi ilusión de bardo.
Chiquian tierra querida,
sangre, símbolo y herida;
en las cicatrices de mi alma
eres un cálido poema de vida....
(Huaraz – 1996).
Nalo Alvarado Balarezo (nalitoalvarado@hotmail.com)
19 de octubre del 2005
Otros relatos y poemas mandados por Nalo Alvarado Balarezo:
|
Sobre el autor:
Nalo Alvarado Balarezo (Armando Arnaldo Alvarado Balarezo) nació el 15 de junio de 1951 en Barranca (LIMA - PERÚ). Sus estudios primarios y secundarios los realizó en Chiquián un pintoresco pueblo de la sierra de Ancash, donde alimentó su sentimiento telúrico.
Es Oficial de Policía jubilado con beneficios de general. En 1985 egresó de la facultad de derecho y ciencias políticas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, y actualmente estudia en la Escuela de Escritura Creativa del Centro Cultural de la Pontificia Universidad Católica del Perú, bajo la conducción de los afamados escritores peruanos Alonso Cueto e Iván Thays.
Escribe cuentos, crónicas, pensamientos y poemas andinos desde sus años juveniles, que comparte con sus coterráneos a través de cartas a las que denomina: "HOLA SHAY" (Hola amigo).
Sus mayores deseos son crecer como ser humano y que todo el mundo conozca sobre las bondades naturales del Perú profundo. Sueño tantas veces acariciado por José María Arguedas.