Una canción de cuna
resuena en mis oídos.
Entoné tantas veces
esa bella canción...
Te la cantaba antes,
cuando estabas conmigo;
cuando aún en mi vientre
sentía tu calor.
Te soñé tantas noches...
Construí todo un mundo
sólo para los dos.
Y escribí muchas cartas
para que las leyeras
cuando fueras mayor:
En ellas te contaba
la historia de mi vida
y cómo el abandono
rompió mi corazón.
He jurado que a ti
nunca te pasaría,
que siempre tu camino
guiaría con mi amor.
Pero ahora te has ido;
ya no puedo abrigarte;
ya no siento tu cuerpo;
ya no escuchas mi voz.
Un rumor desde el cielo
me anuncia que has llegado,
que tu aliento en mi vientre
de pronto se apagó.
Los seres celestiales
te dan la bienvenida.
Son ellos los que ahora
entonan tu canción.
Mientras cantan los ángeles,
mi alma se oscurece;
nuestro mundo se rompe;
es muy grande el dolor...
No, no voy a dejarte;
es la voz de tu madre
la que debe arrullarte:
Aguarda, hijo:
ya voy...
Myriam Alpuin García (musapapelypluma@hotmail.com)
Derechos de autor protegidos
Enviado el 31 de agosto del 2011
musapapelypluma.blogspot.com