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El rincón literario: Propuesta para levantarse a las once

Asesinar no es traumático, eso dicen los que no han matado sino gallinas o ratas, pero matar es rico y sólo se necesita rabia; por lo de la culpa, pura mierda eso no te puede joder, culpa de qué si se tenía que morir algún día y es mejor así que morir agonizando de una enfermedad dolorosa, es mejor terminar allí bien tumbadito en el andén. Yo no soy de los que me quedo en el lugar del crimen, pa' que, no, yo me voy para mi casa pero antes entro a misa, casi siempre porque tengo la sensación de que si me llegaran a buscar por el muerto el cura podría decir que me vio en la iglesia. Tampoco le encuentro sentido ir a los velorios o cementerios, yo lo mato y ya. Pagan de 500 mil a un millón si es un don nadie, pero si el finado tiene alguna dificultad el costo se eleva un poquito. Lo que más he cobrado son 5 millones por un diputado, pero por que tenía guardaespaldas y todo. A mí en este negocio me va bien porque soy serio, yo no soy de esos muchachos gatillos locos que matan trabados o borrachos y se gastan el dinero en putas. Yo mato todo lo que se pueda matar, un día una señora me pagó $150 por matar un perro y así lo hice, era un rottweiller grande, pero un tiro y listo el perro.

Por eso les cuento, yo mato mujeres, niños (que valen como adultos pues esto no es agencia de viajes común, para ir al más allá se paga como adulto y ya), viejos, curas; mato de todo, pero mato, no amenazo, no dejo heridos, pocas veces he dejado heridos, pero después los mato en cuanto dan papaya. No trabajo, tengo un apartamento en una unidad residencial de clase media y tengo un carrito estrato tres y ya. El resto de lo que gano lo invierto en tierras. Tengo ya 46 hectáreas en el Cauca y sé que en un par de años podré tener vacas y animales, cuidarlos mientras crecen y me puedan ofrecer algo para matarlos también. Como leen yo opté por ser el embajador de la muerte, no tengo guadaña ni visto de negro, peso 85 Kg., cobro porque no se puede trabajar gratis. Nunca he matado a nadie porque yo quiera, generalmente a los que mando a mejor vida no los conozco, y así fueran conocidos los mataría igual.

El negocio funciona de la siguiente manera. Tengo un beeper y allí me llega el mensaje de ir donde Paco, Paco tiene una venta de comidas rápidas en el sur, hace unas hamburguesas horribles pero él es el único con el que trabajo, siempre pido una foto, dirección del trabajo, de la casa y los teléfonos. Escojo el día, aunque que la verdad no importa mucho pues yo no hago ni seguimientos ni dada, eso se lo inventaron en Estados Unidos para que las películas duraran dos horas; no, yo no, me paro en la salida de su casa, lo sigo y lo mato en el momento que sea menos peligroso, a algunos los corono allí mismo saliendo de la casa, hay otros a los que me toca seguir todo el puto día, pero son $500 mil y eso me alienta. Tampoco me importa si están con la mujer, los hijos o la mamá, lo único que analizo es que no me puedan responder con otro tiro, o que la policía esté por allí. Así me pasó con el man ese Cara de Moco, $800 mil había cobrado pero me arrepentí porque ése era de los de millón quinientos, no ve que hasta carro blindado tenía y todo, yo no sé por qué lo querían matar, pero no entré en ese negocio, allí yo no tenía nada que hacer, luego en la prensa salió que al sicario que le disparó lo mataron los escoltas; si ve, siempre es que uno tiene su ángel de la guarda. Yo he estado pensando en estos días que debería cobrarle al periódico El Caleño por cada muerto que yo pongo en primera plana, no ven que si no fuera por mi no venderían ni la mitad de los periódicos.

Casi nunca sé por qué los quieren mandar al papayo ni me importa, porque eso ya es chisme, lo único que yo sé es que hay una persona que no quiere a la otra y yo soluciono ese problema de afecto si una de las partes me da un cariñito de un millón, eso es todo. El Cucarrón tenía un fierro, yo se lo pillé porque se ponía de visajoso a caminar con media cacha afuera, por eso me puse la gorra de siempre, las gafas negras, la chaqueta y los tenis por si hay que correr. Ese man se puso de timbrado y empezó a llamar a la policía desde el celular pero ya había perdido, porque lo tenía calibrado y taz, taz, así es que suenan las balas, nada de pum, pum, esas son las balas de los muñequitos en las historietas, las de verdad suenan taz. Y fue saliendo del carro para la panadería donde quedó muñeco, yo como no apunto sino que me les voy por detrás y les descargo el revólver casi siempre en la cabeza o el cuello, El Cucarrón se cayó, pero no había tocado el piso y yo ya estaba lejos. Yo no le apunto al fulano ni le hablo, eso de los discurso apuntando a un cliente también es una mala maña de película, que putas me voy a poner a hablarle o mirarlo a los ojos para que llegue otro y me dé a mí o para que él mismo me tire y me joda, no, sólo hay que acercársele, disparar y correr como alma que lleva el diablo, yo no miro para atrás por nada del mundo, corro y corro, cuando llevo tres o cuatro cuadras tomo un taxi o un bus. Casi nunca me siguen, sólo escucho gritos, no sé por qué no me siguen, bueno… será miedo, yo no tengo miedo, lo peor sería quedar herido y lisiado, pero si muero en mi ley, era mi hora. En el taxi viajo hasta la iglesia, allí me quedo hasta la misa o rezo un buen rato y me voy caminando a mi casa, guardo el revólver en una súper caleta y en otra las gafas, la chaqueta y la gorra.

Nunca salgo con el fierro si no voy hacer un trabajo, nunca disparo en falso, otra cosa es que me haya tocado matar a otros que se meten o que me equivoce de fulano. Eso de estar disparando a botellas o a circulitos no, eso no es para mí. El arma me la vendió un policía, es clásica un 38 largo, negro niquelado con cacha ortopédica, nada que se encascare y ni que dé mucho visaje, el policía me la vendió con cuatro cajas de balas, y cada vez que necesito las compro en la olla, pero no mantengo muchas tampoco, solo una carga y otras en el bolsillo por si una balacera. Les decía que en algunas ocasiones he matado al que no era, pero eso no lo cobro porque son errores míos, además es muy difícil que los paguen, yo mejor sigo intentando, también he tenido casos donde toca darle al fulano y al que lo acompaña porque se meten y bueno, el metido lleva. No crean que estoy loco o que soy así por que mi papá me violó cuando estaba pequeño o que le cascaba a mi madre, no, nada de eso, mi papá es un príncipe, sólo que se salió a vivir con una mujer más joven que mi mamá y ya tiene un hogar con ella, yo lo veo de vez en vez y admiro mucho al viejo. Mi mamá si es un alma de dios, desde que tengo con qué la saque a vivir en un hogar de viejos muy fino y ella allí tiene amigo y se divierte, me teje mantas, me hace cuadros que guardo con cariño, no hay domingo que no la vea. Le llevo uvas y mandarinas del supermercado.

Estoy en esto por que soy perezoso, me da jartera madrugar, estudiar, muliar, y bueno, son pocos los que se le miden de manera profesional a esto y hay trabajo, si logras saberte mantener en esto vives como un rey. Eso sí, no mates gente muy importante por que te encochinan y seguro te matan también o peor, te encanan, por eso mata a gente común y ya. En la finca tengo pollos, un corral de cerdos y un pozo de cachamas. No tengo novia, tengo amigas pero ellas se empiezan a meter en mi vida, esa es la maldita costumbre de las mujeres, uno se las culea una vez y ya quieren irse a vivir a tu casa, pero yo si las paro y las tengo para las saliditas. Yo estoy seguro que nadie sabe quien soy, les digo a mis amigos que soy dueño de un taxi y que tengo unas casas alquiladas pero nadie sabe que soy uno de los matones más grandes de la ciudad, seguro que no porque el de los perros y los amigos de él sabrán de mí, pero no saben donde vivo; aunque o tal vez me hallan seguido, pero aún soy muy útil para ellos. Me generó desconfianza ver a un man donde los perros y Paco le dio un paquete como los que me dan a mí cuando digo “una para llevar mono”, mínimo ya tengo reemplazo, si siento que se me baja el trabajo me largo de una para la finca y me llevo a la vieja. Por el momento he tenido entre cuatro y cinco clientes al mes, que vienen siendo, mal contados… mal contados, tres paquetes, sueldo de gerente o de político ¿no? Y levantándome a las 11: 00 am casi todos los días. Claro está que al último que mato antes de mi auto jubilación es a mi sucesor.

Omar Felipe Becerra Ocampo, 2002 (omarfelipebecerra@gmail.com)

Colombia

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