Cuento los días, las horas, los minutos y hasta los eternos segundos.
Esperando algún día, se vea recompensado.
Añora ver su silueta. Es lo único que lo impulsa a vivir.
No me puedo marchar sin el, y el no quiere irse, sin antes verte.
Mi compañero de aventura por primera vez me detiene.
Y me pide que ya no marche más. ¿Que puedo hacer, no lo quiero escuchar?
Se aprovecha de la situación, sabe que lo necesito y lo voy a esperar.
Es una lastima, pensé que ya se había acostumbrado.
No se si castigarlo, o dejarlo ser, pero temo cuando se exponga
Se lleve una frustración, sin que me lo proponga.
-¡amigo mío, vamonos ya!-.
Nuestro ciclo en este sitio ha terminado, no podemos seguir en este lugar.
-¡Mas sin embargo - me das la espalda - y de nuevo ves esa maldita Puerta!-.
Pasas ahí días enteros sin que te importe nada,
¡No seas egoísta y recapacita!
De una vez por todas, no lo soporto mas -¡marchémonos ya!-
-Tan insuficiente me consideras- que ni siquiera volteas a verme, ¿vaya que estas grave?
Nunca pensé verte así, triste y desolado.
En nuestra niñez juramos nunca separarnos, y he cumplido hasta ahora.
¿Pero en este momento, me preocupas?;
No me duele que me dejes, me duele verte callado y frustrado.
Dime como puedo ayudarte, que tengo que hacer para verte realizado.
En las noches mi razón y mi impaciencia conspiran contra ti,
Te hablo y no me respondes – ¡solo me diriges la mirada y no me dices nada!-
No le quitas la atención a esa insignificante puerta.
-¡Pero amigo!-
Por que insistes en ver su cabello, Si la brisa nos comenta que se lo ha cortado.
Por que reiteras verla de nuevo correr y el viento nos ha afirmado. -¡que más se ha alejado!-.
Deseas ver sus gestos de mujer airada, todo lo que sabes de ella es por mormullos que entran por esa puerta.
El pasado -amigo mío- fue amable y no lo supimos apreciar, el futuro ahora es desconcertante y lo tenemos que afrontar.
Recuerda la primera vez que llegamos, el trato fue probar suerte y después marcharnos.
Ahora ya no te quieres marchar, te preocupas por esa persona.
Te interesa más, andar de la mano con ella.
Veo, que lo que digo ¿No te importa, ni desconcierta?. Lo único que se, es que sigues esperando el día -¡que ella entre por esa puerta!-.
Saliste un día de mi, sin pedirme permiso. Y te perdone.
Regresaste de tu viaje Y te encontré muy desconcertante.
Te advertí muchas veces que tenias que ser valiente.
Tú no eres para ese tipo de gente.
Ahora veo la desagradable consecuencia, mírate en un espejo ¡Derrumbado y Desolado¡
Sabes que algún día ella volverá, y eso te motiva a un mas a esperar.
¿Entiende no nos podemos quedar?
El aire cuando entra, siempre le preguntas si ella sigue aquí.
Si tan solo supiera quien es, le diría que viniera hacia ti.
Incluso te han tenido que mentir para que no decaigas, de esta vida ruin.
Retornara algún día y se que no me abandonara. -¡Siempre me dices!-.
Es lo único que sabes decir.
-Amigo mío Confiare en ti-
¿No se que mas argumentar?
A mi impaciencia le he dicho todo tipo de Excusas,
Con tal de que me mantenga estable y sin tristezas.
Ya que por el momento tu estas entre las nubes y las rosas.
Incluso, he puesto siempre resistencia a mi razón.
Que me presiona y reclama.
Lastimo mis sentidos y no me importa, -¡amigo mío no te abandonare nunca!-
Tu solo piensa en el día en que se habrá tu ansiada puerta.
Mi mente trae varios recuerdos, de las aventuras que hemos pasado.
El primer día que nos encontramos, aun lo recuerdo -¡Decoroso y motivante!-.
-amigo- Son recuerdos que están plasmados en nuestras mentes.
Y no los podemos olvidar tan fácilmente.
¿Arrepentido estoy? El no haberte sabido tratar y escuchar.
– ¡me siento culpable, no supimos en que momento de nuestra vida parar!-
Y ahora me duele mucho verte mal.
No soy perfecto y tardaras en recapacitar, solo me queda esperar a que se abra esa puerta.
Para podernos Marchar.
Alberto Velazco Martinez (alberto_velazco_mtz@yahoo.com.mx)
22 de julio del 2005
Poemas de Alberto Velazco Martinez:
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